NEOLIBERALISMO Y CORONAVIRUS (1)
¿SALVAR LA ECONOMÍA O SALVAR VIDAS?. REFLEXIONES SOBRE LA GLOBALIZACIÓN Y EL NEOLIBERALISMO EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS.
ALBERTO BASTÍAS CORREA
Valparaíso, marzo del año 202o
NEOLIBERALISMO Y CORONAVIRUS (1)
¿SALVAR LA ECONOMÍA O SALVAR VIDAS?. REFLEXIONES SOBRE LA GLOBALIZACIÓN Y EL NEOLIBERALISMO EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS.
¿SALVAR LA ECONOMÍA O SALVAR VIDAS?. REFLEXIONES SOBRE LA GLOBALIZACIÓN Y EL NEOLIBERALISMO EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS.
ALBERTO BASTÍAS CORREA
Valparaíso, marzo del año 202o
1.- ¿Salvar la economía o salvar vidas?.
El economista británico Simón Wren-Lewis publica en la revista española - mexicana "LETRAS LIBRES" un artículo que resume los resultados de la aplicación de un modelo macroecómico que indaga el efecto de una pandemia en el equilibrio general. (https://www.letraslibres.com/espana-mexico/economia/los-efectos-economicos-una-pandemia )
El modelo se aplica considerando tres escenarios hipotéticos y el resultado más importante que arroja es que la caída del PIB atribuida al efecto pandemia fluctuaría entre un 1 y un 6 por ciento según se considere el mejor y peor escenario respectivamente, señala, por otro lado, que los impactos son compensados con creces cuando la pandemia concluye y la economía "transita" la fase ascendente del ciclo.
Tanto éste como otros estudios disponibles en la red (ver los documentos citados y consultados) que han abordado el tema le restan dramatismo, considerando por ejemplo que si bien hay sectores, como el caso de la construcción donde el trabajo presencial no puede ser reemplazado por el trabajo a distancia durante los períodos de cuarentena, otras industrias como la telefonía y prestación de servicios de Internet experimentan un aumento explosivo de la demanda. El mismo efecto experimentarán otras industrias como la de los medicamentos, materiales e insumos médicos.
Las empresas que mediante "reconversiones expres" se adecuen más rapidamente a las nuevas condiciones capearán mejor el temporal, como por ejemplo, la adopción del servicio de delibery de casinos cocinerías y retaurates. El uso de buses escolares para transportar trabajadores de empresas pequeñas recorriendo grandes trayectos y evitando con ello el riesgo de contagio asociado al uso del transporte público, etc, etc.
Todos los estudios consultados desprecian el efecto precio asociado a cambios bruscos de oferta y demanda en sectores específicos, recomendando a la autoridad económica el control de conductas abusivas o especulativas y muy especialmente al Banco Central un manejo ágil de política monetaria pero, sobre todo, la canalización de subsidios y beneficios a los sectores realmente afectados que generalmente son los más vulnerables, tanto para no alterar en demasía la estructura de la demanda, como para evitar aumentar su condición de vulnerabilidad.
En relación a los estudios que han abordado el efecto económico pos pandemia recomiendo leer "Coronavirus: qué puede enseñarnos la peste negra sobre las consecuencias globales de una pandemia" en https://www.bbc.com/mundo/noticias-5175041
Para concluir esta parte del artículo me parece pertinente reproducir el párrafo con el cual Simón Wres- Lewis comienza la exposición de su estudio: "Merece la pena decir al comienzo, que la base de todo para mi es que la economía es secundaria a las consecuencias sanitarias de cualquier pandemia que tiene una tasa de letalidad significativa (como parece ocurrir de momento con el coronavirus)"
Sentencia que por cierto contrasta con la irresponsable afirmación del vice-gobernador de Texas Dan Patrick (mundialmente repudiado) que se declarara dispuesto a arriesgar la vida de los mayores para salvar la economía (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52043274)
2.- Globalización y coronavirus.
Tony Timoner, especialista en escenarios de riesgo global de una institución financiera de Londres, tiene una opinión definitiva: "el coronavirus procará el fin de la globalización tal y como hasta ahora la conocemos", su argumentación es contundente: con los efectos de la guerra comercial entre China y USA aún en desarrollo, el individualismo de Trump adoptado como doctrina geopolítica en campaña electoral sale reforzado. Con multilaterales ausentes y países tomando decisiones erráticas tampoco se podrá impedir el efecto traumático e impredecible que provocará en los precios una demanda mutilada por los compromisos asociados a los préstamos solicitados por los países importadores para cubrir los costos que demandarán sus políticas de protección y salvataje asociadas a los efectos del virus. La recesión también se hará sentir en la oferta de los países exportadores. Con mercados precarios cada país "se jugará la personal" desconociendo acuerdos pactados en Asociaciones como está ocurriendo ahora mismo en la pugna que libran Rusia, Irán y Arabia Saudí en el mercado del petróleo, y que seguramente se va a reproducir en otros mercados con participación de otros países.
La apertura de aeropuertos y traslado internacional de personas no se repondrá con la misma premura con que se cerraron. El proceso tomará los tiempos que demoren las líneas aéreas en reponerse del golpe recibido. Los visados serán más estrictos, aflorarán temores, recelos y desconfianzas (fenómeno que hoy ya hace su aparición en China)
El abaratamiento del precio del petróleo y los compromisos financieros asociados a créditos de salvataje serán razones más que suficiente para soslayar o al menos aplazar los compromisos relacionados a inversiones requeridas para ejecutar planes y programas asumidos en foros y conferencias sobre cambio climático, cambio que por lo demás se verá impactado "positivamente" con la caída de la producción mundial
El desplome de los socialismos reales y el término de la guerra fría mutó un orden económico mundial de bipolar a unipolar. El modelo no duró mucho tiempo, con la puesta en escena de los gigantes asiáticos en el lejano oriente, los fundamentalismos religiosos en el medio oriente y los países europeos actuando unidos en la Unión Económica Europea, el orden económico internacional se encamina más bien al perfilamiento de modelo multipolar. En ese contexto, con su la débil capacidad de respuesta y eficacia en la acción frente a la pandemia, las democracias liberales occidentales han quedado mal paradas, perdiendo legitimidad entre sus pares y ciudadanos, frente a la contundente acción y relato ganador expresado en la disciplina colectiva y cohesión estatal de los regímenes orientales.
Con la globalización el fluido transporte de personas se ha convertido en el mejor aliado del virus. Para ralentizar su propagación la principal medida que se se ha tomado es crear compartimentos de estanco y aislar zonas contaminadas de las que no lo están. Como lo pronostican científicos de OBS Business School en un blog de difusión de su partener, la Universidad de Barcelona; los cortafuegos creados en las rutas comerciales y tráfico de personas serán difíciles de derribar (OBS, el coronavirus y la globalización).
Con la globalización el fluido transporte de personas se ha convertido en el mejor aliado del virus. Para ralentizar su propagación la principal medida que se se ha tomado es crear compartimentos de estanco y aislar zonas contaminadas de las que no lo están. Como lo pronostican científicos de OBS Business School en un blog de difusión de su partener, la Universidad de Barcelona; los cortafuegos creados en las rutas comerciales y tráfico de personas serán difíciles de derribar (OBS, el coronavirus y la globalización).
Analistas coinciden en visualizar en el horizonte un mundo inestable, compartimentalizado con sus partes actuando con recelo y mucha sospecha afectados por el impacto que provocará en ellos fenómenos como el empobrecimiento y la desaceleración tecnológica; en las relaciones económicas internacionales la asintonía y desconciero primará sobre la sincronía y el orden. Para visualizarlo en la metáfora usada por Tony Timoner: una amalgama de barcos a la deriva "navegando en aguas turbulentas" (https://www.letraslibres.com/espana-mexico/economia/coronavirus-el-fin-la-globalizacion-tal-y-como-la-conocemo
Concluido el tiempo que dure la pandemia los respectivos países deberán adecuar sus estrategias de desarrollo para"dar el salto del tigre" y recuperar el tiempo perdido, lo recomendable será salir de las "aguas turbulentas" y apostar al mercado interno poniendo las fichas en los sueldos, salarios y el empleo.
3.- Neoliberalismo y coronavirus
En esencia el neoliberalismo es una nueva forma de acumulación capitalista, como toda nueva forma de acumulación capitalista en su primera fase se desarrolla fuera de las leyes del mercado, es lo que pasó en Chile, partiendo con la privatización de las empresas públicas (a precio de gangas) y el traspaso al gran capital del ahorro previsional de los trabajadores, hitos emblemáticos del proceso son la privatización de la educación, del agua y "obras públicas" en general; y la implementación de un modelo de Estado subsidiario que permitió crear las condiciones para que el acceso a servicios como la vivienda y la salud (y en general todo los servicios sociales) fueran provistos por la empresa privada con recursos públicos.
En esencia el neoliberalismo es una nueva forma de acumulación capitalista, como toda nueva forma de acumulación capitalista en su primera fase se desarrolla fuera de las leyes del mercado, es lo que pasó en Chile, partiendo con la privatización de las empresas públicas (a precio de gangas) y el traspaso al gran capital del ahorro previsional de los trabajadores, hitos emblemáticos del proceso son la privatización de la educación, del agua y "obras públicas" en general; y la implementación de un modelo de Estado subsidiario que permitió crear las condiciones para que el acceso a servicios como la vivienda y la salud (y en general todo los servicios sociales) fueran provistos por la empresa privada con recursos públicos.
En el plano social la aplicación del modelo genera una capa de la sociedad que el sistema económico no es capaz de absorber y para el cual el propio sistema, la mejor respuesta que puede ofrecer, es su transformación en micro emprendedores partiendo con la venta de "cachureos" en la cuneta. De esta forma, todos aquellos que rebasan la capacidad de absorción del sistema se precarizan, y adoptan estrategias de sobrevivencia asociadas al comercio callejero, la economía informal, o actividades delincuenciales, como el robo, microtráfico de drogas o la prostitución infantil, su situación de empobrecimiento se perpetúa siendo condenados a vivir en condiciones de miseria y asinamiento en la periferia de las ciudades.
Este es el sector más vulnerable y su protección para el Gobierno no tiene solución en la estrategia que ha adoptado para afrontar la pandemia. Son los que no pueden acceder a las condiciones e instrumentos de protección adoptados por la autoridad gubernamental porque están fuera del sistema. Viven del ingreso generado día a día y su espacio económico es la cuneta, la calle, la plaza y otros espacios públicos, al recogerse la población que se mueve en estos lugares deben hacerlo ellos también, muchos no poseen redes propias de protección y si la autoridad quisiera brindarselas seguramente no sabría cómo llegar a ellos. Son los mismos sectores que en el sur de Italia no resistieron largos períodos de encierro en sus hogares y experimentaron conatos de rebelión.
Lo que pasó en el sector salud es un tema aparte, los sucesivos Gobiernos que se sucedieron con posterioridad al desenlace democrático hicieron su parte para contribuir a descuartizar la sanidad pública, para lograrlo utilizaron, a su tiempo, todos los instrumentos que estuvieron a su alcance en pos de lograr su fin estratégico, la privatización; al cabo de 30 años se puede decir que el objetivo ha sido logrado, en lo sustancial el sistema de salud en Chile no tiene como norte el bien público sino en interés privado. La enumeración de las herramientas utilizadas es sólo una anécdota: para traspaso de infraestrctura, se usó la venta, arriendo, préstamo, en como dato etc, etc; para el traspaso de servicios, compra de servicios a sociedades médicas, y con sobre precios, a clínicas en cuya propiedad participan las élites políticas y económicas, las que también fueron beneficiadas con concesiones de hospitales construidos con fondos públicos. También contribuyó a la destrucción de la sanidad pública una política fiscal en sintonía con los ajustes y equilibrios monetarios recetados por el F.M.I. y el Banco Mundial, las mismas que siguieron España e Italia (planes de rescate pos crisis surprime). Países que al igual que Chile sus autoridades médicas se encuentran atadas de manos para reaccionar como corresponde: una parte no despreciable del sistema en manos privadas y la parte que sigue siendo pública sin los recursos requeridos para ofrecer un servicio a la altura de las circunstancias.
La personalización de la fusión del poder político con el poder económico es una característica del capitalimo moderno y puesta de manifiesto con mayor claridad en su fase neoliberal. Los propietarios de las fuentes generadoras de riqueza y poseedores del capital necesitan cada vez menos a intermediarios y/o representantes para defender sus intereses en el campo de la toma de decisiones políticas, esa labor hoy la asumen de cuerpo presente, y no sólo en la cima de la arquitectura del Estado sino a lo largo y ancho de toda su estructura. Entonces no podría ser de otra manera: las políticas públicas y sociales promovidas por ellos han sido aquellas que representaban los intereses minoritarios de grupos económicos y financieros anteponiendo los beneficios particulares al bien común.
Tampoco podría esperarse un comportamiento diferente, los empresarios, no importa el lugar en que estén actuarán como empresarios, y para el empresasariado la producción de un bien o prestación de un servicio es un medio para conseguir lo que busca, la mayor renta posible de alcanzar. La pandemia para ellos es un en primer lugar una oportunidad y en segundo lugar una tragedia. No debe parecer extraño entonces que las expectativas de lucro los lleve a cruzar los límites éticos que los conduzca al abuso y la especulación. En especial si la autoridad no reacciona o no puede reaccionar sin desconocer las leyes de amarre del libre mercado garantizadas constitucionalmente que nos dejaron como herencia los monjes del neoliberalismo.
Tal vez eso explique el desgarrador llamado con que concluye una reunión telemática citada en España y a la cual concurren varios expertos miembros de la Tnternational Association of Health Policy procedentes de todos los continentes para analizar la respuesta de los países a la pandemia actual del coronavirus: "Las sociedades en las que vivimos requieren de cambios más sustanciales en el ordenamiento económico y político de los que ahora se están considerando. La evidencia de ello es abrumadora""
NEOLIBERALISMO Y CORONAVIRUS (2).-
LO QUE LA CRISIS NOS HA ENSEÑADO.
LO QUE LA CRISIS NOS HA ENSEÑADO.
ALBERTO BASTÍAS CORREA
VALPARAÍSO ABRIL 2020
En un artículo anterior entregué antecedentes que transparentan cómo el neoliberalismo ha creado las condiciones para expulsar del sistema económico y la cultura a una parte significativa de la sociedad. Ella es la que se verá más afectada con los efectos de la pandemia, no sólo porque es la más vulnerable y no dispone de redes propias de apoyo, sino además porque si el Estado quisiera acudir a su salvataje con medidas, sanitarias o económicas, no sabría cómo hacerlo, justamente porque están fuera del sistema.
Entregué además información aclaratoria sobre cómo el proceso de privatización se convirtió en uno de los objetivos estratégicos de los Gobiernos que tuvieron a su cargo la implementación del modelo neoliberal y cómo los servicios sanitarios no fueron ajenos al logro de este propósito, provocando literalmente la “descuartización” del sistema público de salud en Chile, lo que unido a una permanente política fiscal y monetaria restrictiva ha “atado de manos” e impedido a las autoridades y funcionarios para actuar a la altura de las circunstancias que la pandemia lo requiere.
Señalé por último que la personalización de la fusión del poder político con el poder económico, en toda la estructura del Estado, durante la fase neoliberal del capitalismo, ha facilitado que “las políticas públicas y sociales promovidas por ellos han sido las que representan los intereses minoritarios de los grupos económicos y financieros anteponiendo los beneficios particulares al bien común” (Neoliberalismo y coronavirus 1)
Focalizaré ahora el estudio a esclarecer cómo la crisis ha desnudado en todo su dramatismo los efectos sociales del neoliberalismo; y cómo el modelo neoliberal en sí mismo no ofrece ninguna posibilidad de salir "bien parado" de la crisis y por lo tanto las soluciones posibles hay que buscarla fuera de él.
Como era de esperarse, lo que la crisis nos ha enseñado es que los sectores más afectados son los más vulnerables. Informales y cuentapropistas viven del ingreso generado día a día, su principal espacio económico es la calle, no están bancarizados, no disponen de redes de protección que no sean las generadas en la propia sociedad civil vía acciones de caridad o en el mejor de los casos de solidaridad. Pero no sólo están fuera del sistema económico, también lo están fuera del sistema sanitario por lo cual su acceso sólo se produce en calidad de indigentes, su alta exposición al riesgo deriva del hecho que habitan en la periferia de las ciudades en viviendas en extremo precarias y condiciones de asinamiento.
Trump y Bolsonaro , antes que la pandemia ingresara a sus respectivos países, usaron el "negacionismo" para impedir el efecto económico que traería consigo la aplicación de medidas preventivas; en un segundo momento optaron por minimizar el peligro, finalmente con el virus al interior de sus propios países optaron por la negativa a cerrar ciudades mientras había alguna duda que su condición sanitaria la transparentara como un peligroso foco de infección; optando sólo por tomar medidas relacionadas con cierres parciales que afecten lo menos posible la actividad económica y adoptando sólo débiles medidas de protección. Es el patrón de conducta, sugerido por los "monjes" del neoliberalismo:
"Frente a la alternativa de la salud o la economía elige la economía".
Exceptuando el negacionismo, el comportamiento que ha tenido el Gobierno de Chile para enfrentar el coronavirus en el día a día no ha sido diferente a la conducta manifestada por otros Gobiernos que han adoptado el modelo neoliberal, antes que el virus ingrese al país le bajan el perfil al peligro potencial que trae consigo, ante la posibilidad de optar por la detención de la actividad económica y el aislar focos infecciosos con el encierro de la población, se opta sólo por suspensiones parciales en lo que han denominado una "cuarentena estratégica" que considera aislamientos y separaciones parciales de la población que habita una provincia o comuna sin medidas de protección.
Para justificar tal decisión el propio Ministro de salud ha dado como razón la incapacidad de los sectores vulnerables de permanecer encerrados en sus casas por tiempos demasiado largos considerando el riesgo que ello significa debido a las condiciones económicas y de vivienda a la que están afectos. Por cierto el Ministro olvida que tales situaciones son provocadas como efectos de la aplicación durante 30 años del "ABC" de la doctrina neoliberal y que el "chorreo" que tal doctrina prometía beneficiar a los sectores más vulnerables nunca llegó.
También los programas de protección y salvataje aplicados, en especial si benefician a la empresa, son instrumentalizados vía bancos aún sabiendo que las más precarias no están bancarizadas y las que si lo están serán presa fácil de una voracidad fundada en el lucro y hasta la especulación si es ello posible.
Los instrumentos elegidos, como el crédito con aval del Estado, traen al recuerdo el tristemente y "mal ponderado" CAE.
Este patrón de conducta no siempre es posible, en especial cuando la crisis erosiona hasta los pilares sobre los cuales se sustenta el modelo. Es la imagen que las empresas privadas, incluso las asociadas al gran capital, consideradas por el modelo como el principal motor del desarrollo, han puesto de manifiesto, cuando se colocan en la "primera fila" a la hora de solicitar el salvataje del Estado (caso LATAM)
Ya no es la "la mano invisible" del mercado sino el Estado la única instancia con capacidad real para abordar con éxito la reversión de los efectos de la crisis. Hasta las recetas de ajustes recomendadas por el Banco Mundial y el F.M.I. deben ser literalmente lanzadas al tacho de la basura ante las dimensiones que alcanzará el fantasma recesivo que ellos mismos pronostican y anuncian su aparición a la vuelta de la esquina.
Incluso las gerencias de empresas de gran tamaño y los representantes de las asociaciones gremiales que defienden sus intereses, han perdido todo el pudor que les quedaba y acuden al solicitar públicamente "una manito" por no decir "la teta" del "papá" Estado para recuperarse y evitar la muerte que a su manera también les provocará la crisis asociada a la pandemia.
Es así como el Estado se erige como el único instrumento capaz de resolver hoy no sólo la crisis sanitaria y sus mayores efectos económicos (desempleo y hambre) sino incluso los problemas denunciados, en el discurso por analistas de todos los colores políticos y en la calle por los manifestantes, como lo son el acceso al agua, a una vivienda digna, a una educación gratis y de calidad, a un salario y previsión justa, a respirar un aire libre de contaminación.
¿El coronavirus derrotó al neoliberalismo? intentaré responder a esta pregunta en un próximo artículo.
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