Lo hemos dicho muchas veces y lo
vamos a repetir ahora. La principal asignatura que aún tiene pendiente el
Gobierno es la articulación de su base política de apoyo. Es también la fuente
donde hay que hurgar para buscar la causa y explicación de muchos de los
errores cometidos.
Al ser configurada su base
política a medida que el propio gobierno iba identificando y colocando en sus
puestos sus autoridades, no siempre estas fueron emanadas de las organizaciones
políticas, lo cual incidiría en el margen de libertad que tendrían para operar,
y lo que es peor, caer en el “pozo” de los gustitos personales
Ello se hizo manifiesto, en
algunos Ministerios, provocando incluso la caída de algunos ministros(as) como fue
el caso de RR.EE; o en las declaraciones de una presidenta de partido criticando a
ministras y autoridades de su propia parroquia con recuerdos que no vienen al
caso.
En la editorial anterior
destacábamos la coyuntura favorable que se da hoy para enfrentar con seriedad y
decisión el tema, teniendo como horizonte estratégico las elecciones
municipales y el modelaje y construcción del legado y continuidad del actual
gobierno.
El tema de a poco se viene
incorporando a la agenda, los recientes consejos nacionales del PPD y la DC lo
pusieron en el centro de su propia agenda y acordaron proponer lista única para
las elecciones de alcaldes y gobernadores que vienen, incluyendo a Apruebo
Dignidad (¿todavía esta coalición opera con ese nombre?).
Esta idea también fue rescatada en
el PC. En la conmemoración de sus 111 años de historia, Junto con reiterar su
compromiso con las reformas estructurales, su presidente Guillermo Teillier
afirmó: “La unidad de acción ha sido nuestra principal fortaleza y herramienta
para hacer avanzar la política que busca la justicia y un mejor vivir para
nuestro pueblo”.
Ello hace mayor sentido cuando en
el marco de la inauguración del nuevo proceso constituyente el fascismo
aglutinado en torno al partido republicano ha develando sus nefastas intenciones,
llegando algunos de sus líderes calificar de “estadista” al dictador Pinochet.
El debate ha rebasado las elites,
es así como en una entrevista dada al Mercurio de Valparaíso el domingo pasado,
el diputado independiente, votado en lista socialista Tomás de Rementería,
afirma: “hace algunos meses en el cónclave regional señalé que teníamos que
llegar a candidatos únicos en todos los municipios y gobiernos
regionales (….) hoy parece que ello sí es posible”.
Alertando el efecto que tendría
la presentación del progresismo unido en tales comicios en la propia página
editorial del Mercurio de Valpraíso del día anterior se publica un artículo que
con el título “¿Segunda vuelta en elección de alcaldes?” donde se alerta a la oposición y sugiere a sus líderes
“trabajar” una reforma constitucional para evitar que la derecha tradicional se
vea obligada a (como pasa hoy en el concejo constitucional) cobijarse bajo la
hegemonía del Partido Republicano, para evitar una debacle.
Mientras más se acerca el proceso
eleccionario las dificultades para lograr aquello aumentarán (a modo de
ejemplo, el problema lo enfrenta hoy el progresismo en España). Hoy es el
tiempo de hacerlo, aunque ello implicaría resolver la gran tarea pendiente del
Gobierno, esta tarea es política, y deben tomarla y hacerse cargo de ella las
organizaciones políticas (“pastelero a tus pasteles”).
El instrumento, en lo posible la apertura de espacios abiertos y con participación activa las bases donde se elabore el relato que defina una guía de navegación estratégica del progresismo y los liderazgos que asumirán su conducción y vocerías.
De ahí también seguramente emergería un nombre que la identifique con un pensamiento político de futuro para reemplazar los nombres que identifican hoy a las respectivas coaliciones.
A CRUZAR EL RUBICÓN
Julio César cruzó el río Rubicón
con el objetivo de expandir su poder como gobernador de las Galias. Cruzarlo
significaba que se le estaba declarando la guerra a la República de Roma
El río tenía especial importancia
en el derecho romano porque a ningún general le estaba permitido cruzarlo con
su ejército en armas. A partir de II siglo a. C., sirvió de frontera terrestre
entre Italia y la provincia romana de la Galia Cisalpina.
El cruce del Rubicón es el punto
de inflexión que marca el fin de la República y el comienzo del Imperio, aunque
para materializarse debían pasar todavía tres años.
Posteriormente La frase “cruzar
el Rubicón” se transformó en un concepto usado en política para hacer
referencia al hecho de encontrarse en una situación clave, a la que se llegó
luego de un largo proceso, que representa un punto de no retorno. Es decir que,
debido a las decisiones tomadas y las acciones realizadas, las consecuencias
son irreversibles.
“Ahora o nunca” era la frase con
que titulamos la editorial escrita cuando se discutían las listas de concejales
constitucionales, que como sabe, se impuso la tesis de la división con las
consecuencias que hoy conocemos. Era el momento oportuno para cruzar el Rubicón.
Pero la historia siempre da
revanchas, hoy iniciamos otro momento histórico donde una parte del escenario político
será copado por un nuevo debate constitucional donde lo que el progresismo
tiene que decir ya lo dijo y en la parte operativa tiene poco que hacer. (Aunque es muy pronto para hacer pronóstico
me atrevo a decir que la única opción disponible en diciembre será llamar a
votar nulo).
En la otra parte del escenario nos
encontramos con el ejercicio de un Gobierno donde el progresismo tiene la
iniciativa y con ello algo importante que decir y hacer. Sin embargo, la
gestión que hasta ahora el Gobierno ha llevado a cabo, ha estado afectada por
la falta de articulación de la coalición de partidos que configuran su base política
de apoyo. Mientras ello no se resuelva los liderazgos seguirán navegando a la
deriva, sin un relato legitimado que, reconocido por todos, sirva de carta de
navegación.
Están hoy dadas las condiciones
para que los partidos hegemónicos del Gobierno tomen la iniciativa y llamen a
todas las organizaciones políticas comprometidas con su apoyo a un cónclave,
(lo más lejos posible del Cerro Castillo), para que, junto con afinar la carta
de navegación del Gobierno, formalicen y estructuren una alianza con liderazgos
legitimados, y esbocen una estrategia focalizada en la continuidad de la actual
administración y la consolidación de su legado.
Algo de tiempo hay, pero nunca
tanto, considerando que, a fines del próximo año, las elecciones municipales
será la última oportunidad que se tendrá para “cruzar el Rubicón” y el tiempo
para comenzar a armar la flota, izar las velas y levar anclas es hoy.
PORQUÉ NO VOTAREMOS BLANCO NI NULO ESTE DOMINGO
NO A LA LEY GATILLO FACIL
Columna de Daniel Matamala: Las prisas pasan.....
El martes 14 de marzo fue una jornada emocional. El día anterior, el general director de Carabineros, había lanzado su “¡Ya basta!”, exigiendo al Congreso y al gobierno legislar. Ese mismo martes fallecía el cabo Álex Salazar, atropellado durante un operativo policial.
Los discursos eran encendidos. No había tiempo para reflexionar ni estudiar. Había que actuar, a toda prisa. Y el Senado actuó, aprobando por amplia mayoría (27 votos a favor y 14 en contra) una ley contra el narcotráfico y el crimen organizado. Hubo aplausos en la sala. Pero algunos se percataron de un “detalle”; diputados oficialistas habían incluido una indicación que legalizaba el cultivo de cannabis para fines medicinales.
En el apuro, la ley se aprobó con ese artículo. Los mismos parlamentarios que exigían votar por vía exprés, sin discusión ni estudio, tuvieron que recurrir al Tribunal Constitucional, para que declarara inconstitucional el artículo que se acababa de aprobar.
Le piden al TC que les haga la pega. Citando a Lamarca, que les arregle la cagada.
Pese a ese bochorno, los diputados no escarmentaron. Esta semana, como respuesta al cobarde asesinato de la carabinera Rita Olivares, exigieron votación inmediata de una serie de proyectos de seguridad. Entre ellos, el conocido como Nain-Retamal.
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