EDITORIAL
CASA QUINTIL
27 DE JUNIO 2024
OCTUBRISMO, DIEZPORCENTISMO, Y OTROS TEMAS DEL DEBATE
ELECTORAL
El dilema en que se encuentra el Chile de hoy es el
mismo del Chile de ayer: Las demandas que generaron el estallido del 2019, no
se han resuelto.
Mientras ello no suceda, “la olla a presión social”,
seguirá hirviendo, aunque por fuera no nos percatemos de ello.
Dicho de otra forma, el amor entre los que ponen la
música y los que bailan será solo un “amor a baño maría”, tibiecito.
Mientras no se le eche más leña al fuego, digo yo.
Sobre todo, considerando que, los que ponen la música
no lo controlan todo, hay teclas que están fuera de su alcance. Es lo que
sucedió con la pandemia, por ejemplo. Y el pago de subsidios generalizados financiados
con endeudamiento externo se agota.
Las soluciones políticas, que vienen en forma de
entelequia, y cual cometa, iluminan el mundo; como, las nuevas constituciones, ya
se agotaron, vinieron por partida doble y ambas fracasaron.
La muestra del temor que se tiene de los afectos de aquello,
es la alusión subliminar, y en algunos casos no tanto, al “octubrismo” y los “octubristas”,
usado hoy en el debate electoral por los candidatos y candidatas opositoras,
para denostar a los candidatos y candidatas oficialistas.
O, la mala costumbre, de amenazar, con abrir, cada
cierto tiempo, las mismas válvulas a la olla a presión social que ya antes se abrieron, financiadas con
recursos de los propios ciudadanos, o, mejor dicho, por los que aún pueden
hacerlo, como es el retiro del diez por ciento previsional.
Propuesta que podría resultar interesante,
considerando el atractivo que tienen para hacerlo, los que cada vez menos, aún
pueden hacerlo.
¿Y después de la elección qué?
¿Y los efectos en los equilibrios macroeconómicos
quien los paga?
La única solución viable en el Chile de hoy para abordar
de verdad la crisis económica y social, y soslayar con ello el fantasma del
estallido, es:
En primer lugar, construir un relato que, en el plano
táctico, instrumentalice las transformaciones factibles de implementar, con las
herramientas administrativas de que dispone el Gobierno y una articulación de
la base política de apoyo comprometida a concho con su defensa.
Pero junto ello,
en segundo lugar, perseverar en las que requieren las leyes nuevas que hoy se
tramitan en un Congreso minoritario, proyectando el debate fuera de él, e incorporando
a la sociedad civil llamada a pronunciarse en las próximas elecciones
Y, por sobre todo, en tercer lugar, se requiere diseñar
en serio una estrategia de largo plazo, que, en una lógica de continuidad, y fundada
en una articulación sólida del progresismo, sume las mayorías que son
necesarias para viabilizar las transformaciones requeridas; y con ello, recrear
un esquema de distribución más equitativa de los frutos de la riqueza que el
país genera.
Nos explayaremos sobre aquello en la próxima nota
editorial.
ENERGÍA NUCLEAR. ESCULTURA DE HENRY MOORE
en el fondo la Universidad de Chicago
EDITORIAL
CASA QUINTIL
20 DE JUNIO 2024
DE LA LLEGADA DEL SUBMARINO NUCLEAR RUSO A LAS COSTAS
DE CUBA A LA DIPLOMACIA DE LOS MISILES
Es lunes 17 de junio, un grupo de niños con
banderitas rusas (seguramente provenientes de una escuela cercana al puerto)
despiden la flota de naves con banderas de ese país que permaneció en las
costas de Cuba por 5 días.
Tal despedida fue menos espectacular que su arribo,
(cinco días antes) con la salva de cañonazos incluida.
El efecto político que querían conseguir los gestores
de tal hecho político, tan perturbador como inesperado, ya se había logrado.
Solo permanecía viva la duda si, estando tan cerca de
Venezuela, esta nación sería también favorecida con la visita de la flotilla,
lo cual no sucedió.
Es todavía demasiado pronto para responder con
certeza la consulta sobre los efectos que Vladimir Putín perseguía con la
provocación del suceso.
Las señales de aquello, no obstante, comienzan a
aparecer. Podemos entonces trazar líneas y sacar las primeras conclusiones.
Antes que el submarino nuclear, que integraba la
flota, fuera percibido por los radares norteamericanos, Cuba informó al mundo
que, entre las unidades que integraban una flotilla que ingresaba a sus costas
iba un submarino equipado para transportar misiles nucleares, pero que, en esa
oportunidad no cargaba este tipo de armamento.
La reacción oficial de Estados Unidos no se hizo
esperar. Lo central de esa respuesta apuntaba a bajarle el perfil al hecho,
que, por cierto, la gravedad que significaba era obvia, precisando que, si lo
que se esperaba era escalar un nuevo foco de conflicto en América, ello no iba
ocurrir.
Aun así, mientras la flotilla permanece en aguas
cubanas, sale de aguas norteamericanas un envío rutinario de apoyo logístico a
Guantánamo, pero esta vez, la flota que lo transporta incorpora también un
navío acondicionado para transportar armamento nuclear.
Los analistas internacionales, (latinoamericanos
preferentemente), catalogaron tal respuesta como un chiste, tal vez,
comparándola con la conducta de Kennedy frente a la crisis de los misiles de
los años sesenta, y la interpretaron como una expresión de debilidad.
Pero, cuidado, no se puede interpretar un fenómeno de
estas características desligado de contexto: El principal interés de Estados
Unidos hoy está en fortalecer la OTAN.
Al respecto, cabe recordar que V. Putín ha amenazado
repetidamente responder con armas nucleares si continúa ocurriendo lo que se
viene constatando cada vez con más frecuencia en la guerra de Ucrania, esto es,
el uso de armamento
de procedencia norteamericana, aprovisionado por países de la [CB1] OTAN
en zonas consideradas bajo dominio y soberanía rusa.
Amenazas que, al parecer no han sido escuchadas, por
lo cual, ha decidido actuar, en el marco de un ámbito operativo que es
privativo del reducido número de países autorizados por el tratado de no
proliferación nuclear para producir y operar armas nucleares, esto es, la
llamada “diplomacia de los misiles”.
Lo que se pretende es: ¿Extender a nivel global la
lógica de la llamada “diplomacia de los misiles” ?, que ya es un hecho
instalado en los países involucrados con la guerra en Ucrania.
Pero con involucrar a Cuba en la lógica de la
“diplomacia de los misiles”, se involucra también a sus aliados naturales en el
continente americano, con efectos geopolíticos tipo racimo. Por ejemplo,
instalando un grado de dificultad mayor para que los líderes golpistas
venezolanos repartidos en Miami, Bogotá y Santiago lleguen a puerto con
sus intenciones.
Las referencias explícitas de Lula (presidente del
único país latinoamericano incorporado al BRICS) donde hace dos meses acaba de
culpar a occidente que las reiteradas propuestas de paz en discusión no se
concreten; seguidas de otras de
contenido similar expresadas por líderes del área militar y económica de
Argentina y México, países que reiteradamente han señalado el interés de
incorporarse al BRICS, expresan también
otras señales de los esfuerzos de Rusia orientados a fortalecer su brazo
militar y económico en el continente.
En una reciente visita a Corea del Norte (el miércoles
de la presente semana) Vladimir Putin firma con Kim Jong un “Acuerdo Integral
de Asociación Estratégica” que incluye la asistencia mutua en caso de agresión
para estrechar su colaboración en el panorama estratégico.
A la cercanía con China, el líder coreano tiene a su
haber su promiscuidad en materia de ensayos nucleares.
Sólo el tiempo dirá, si la espectacular visita de la flotilla
rusa a la costa cubana, habrá contribuido
a globalizar la llamada “diplomacia de los misiles”,
Pero por sobre todo si la presencia de este puñado de
países autorizados para desarrollar armas nucleares, configurando un nuevo
referente del “orden mundial”, con el efecto tipo racimo que lleva implícito, y
la dinámica de sus propias alianzas, logra aportar un poco de orden a este
convulsionado y caótico mundo multipolar, o, todo lo contrario.
EDITORIAL
CASA QUINTIL
18 DE JUNIO 2024
ALGO TAN PERTURBADOR COMO INESPERADO. LA PARÁBOLA DE LA FARAONA
La performance como herramienta para hacer política,
fue usada desde tiempos inmemoriales.
Todos los líderes la usaron en algún momento, y en
algunos casos, fueron los que alcanzaron mayor estatura, en tanto que, el abuso
que de ella hicieron, explica la estatura que alcanzaron. El mejor ejemplo de
lo que estoy señalando, se expresa, para mi gusto, en la faraona de Egipto.
CLEOPATRA.
Tiene apenas 18 años, es despojada de su condición de reina mediante un complot perpetrado por dos de sus hermanos, está huyendo
lejos de su tierra cuando sus espías le informan que, persiguiendo a Pompeyo, Julio
Cesar ha ingresado a Alejandría y se aloja en los aposentos de palacio. Clandestinamente regresa con la intención de
recuperar su corona.Desembarca en el puerto, ingresa a palacio envuelta en una
alfombra, la que es desplegada a los pies del Cesar y, sabiendo que su alcoba es el único lugar seguro para ella en el palacio, saca la hechicera
que lleva dentro y lo seduce…. al día
siguiente el Emperador la sienta en el trono de Egipto.
“Te subestimé” es lo único que logra murmurar Julio
Cesar, tres años después, cuando levanta a su hijo concebido con Cleopatra, la
que, sorprendiendo a todos, lo había depositado en el suelo del salón, en medio
de una fiesta a la cual no había sido invitada. El hecho, considerado como
reconocimiento de paternidad, habilita al infante como potencial heredero.
Pocos meses después Julio Cesar es asesinado en el Senado por sus enemigos políticos, en el complot se involucra personalmente Octavio, hijastro del Emperador
y, hasta el momento de la performance, considerado el primero en la línea de
sucesión.
“Es lo más parecido a una esfinge, una mezcla de
diosa fiera y mujer”, son las palabras que Bernard Shaw pone en boca de un
personaje secundario en su comedia, “Cesar y Cleopatra”, para describir a esa
traviesa niña, “veinteañera”, que aspira a acompañar al emperador de Roma en la
tarea de conquistar el mundo conocido en la época que le tocó vivir.
Bordea los treinta años y las ambiciones continúan
intactas, sus cualidades intelectuales, materiales, culturales, físicas y
espirituales también
“Otras con el tiempo calman el apetito que provocan,
pero ella hace más hambriento al que más satisface, infunde en lo más vil tal
atractivo, que los santos sacerdotes la bendicen cuando es deseada”. Con esas
palabras, W. Shakespeare (“Antonio y Cleopatra”) pone en boca de Edovaldo, el
más fiel de los legionarios asistentes de Marco Antonio, la finalización del
monólogo con el cual describe a la faraona, cuando, disfrazada con el atuendo
de Afrodita, en un barco “forrado en oro”; navega por las aguas del río Cydnos acudiendo
a Tarzo, (lugar elegido por el Vice cónsul para instalar su puesto de mando),
encontrarse con Marco Antonio y sellar la alianza que permitirá al Vicecónsul financiar las campañas para conquistar las
naciones situadas en el oriente medio, y desplazar con ello a Octavio, su
cohabitante en la cima de poder del Imperio.
Los hechos no se dan tal como ella lo había planeado.
Está próxima a pasar la curva de los cuarenta, ha logrado sellar su matrimonio
(egipcio) con Marco Antonio, engendrando tres hijos con él y es la reina de
medio Imperio con domicilio en Alejandría, pero ello no satisface sus expectativas (las mismas de Alejandro) unir en un solo mando oriente y occidente con sede en Alejandría.
Marco Antonio lo tiene claro, la guerra contra Octavio,
su corregente, asentado en Roma hace imposible cualquier victoria, los
concejeros y generales al mando de sus legiones afianzan su apuesta.
No obstante, Antonio y Cleopatra, viven cegados por el
poder, en una vorágine explosiva de amor, sexo, lujuria y autodestrucción que
les impide establecer con lucidez el límite de lo posible.
La faraona confía en su sagacidad y capacidad de
seducción al servicio de la lucidez política; y la lucidez política al servicio
de sus ambiciones de poder.
Una expresión de aquello es la anécdota que describe
la hilarante actitud de Cleopatra, en una de aquellas fiestas que mutuamente se
dedicaban:
Se desprende de un aro de diamantes para disolverlo en
un vaso de vinagre y bebérselo “al seco”, demostrándole a su esposo (para los
egipcios), amante (para los romanos), y compañero de juerga, que sí era posible
ofrecerle una fiesta íntima que costara tres millones de sestercios (algo menos
de cien millones de dólares)
Sabemos lo que sucede después, el sueño de la faraona
convertido en tragedia, la que se inicia en el mar Egeo y concluye con la toma
de Alejandría.
Ocurrido aquello, Octavio acude al encuentro con la
reina derrotada comunicándole que, la
llevará a Roma para exhibirla en las calles como trofeo de guerra.
Sus primeras palabras fueron más bien despectivas, “los
rumores de tu radiante belleza me parecen algo exagerados”, a lo que ella responde, dame un
pequeño lapso de tiempo para prepararme y regalarle a los ojos de un general
del Imperio una reina de verdad.
Era el tiempo que necesitaba para morir, como lo dijo
posteriormente una de sus esclavas, “con la dignidad que se merece”; para sus
contemporáneos auto envenenada, para el Royal Shakespeare Company, fieles
a la obra de su mentor, mordida por un áspid. Su última
performance.
El extenso repaso de algunos retazos de la vida de la
faraona es sólo un preámbulo para introducir el tema que nos interesa, se trata
de un suceso acontecido hace algunos días, que ha pasado casi inadvertido y
expresa también la presencia en el teatro del mundo, de algo tan perturbador
como inesperado:
SUBMARINO NUCLEAR EN LAS COSTAS DE CUBA.
Los líderes mundiales “están en otra”, y sólo han
puesto en él la atención que el hecho merece, prestigiosos analistas
internacionales, alertando que puede estremecer los cimientos mismos de la
geopolítica de Europa, USA y Latinoamérica.
El suceso tiene como gestor no a una faraona, (que ya
no existen) ni a un zar (que tampoco hoy existen), sino uno de los más
impredecibles líderes mundiales, que acusan presencia en el convulsionado mundo multipolar
de hoy, y asiduo, también, al montaje de “intervenciones” en el teatro del
mundo, usando como elementos de utilería la energía nuclear, la ciber ingeniería
militar y la inteligencia artificial.
Continuaremos desarrollando el tema en la próxima nota
editorial.