EDITORIAL
CASA QUINTIL
1 DE JULIO 2024
Radiografía a la “nueva” derecha y su forma de hacer política, en Chile y el mundo.
La derecha en Chile al igual que en otros países
latinoamericanos, y, en general en el mundo, muestra como característica
fundamental la presencia de un segmento de evidente corte y carácter
neofascista en desarrollo, que cada vez la penetra con mayor fuerza, y en
algunos casos, la absorbe.
En algunas circunstancias este elemento surge y se
desarrolla al interior de los propios partidos tradicionales (“Trumpismo” en
USA), en otros, en torno a liderazgos personalistas y populistas (Milei en
Argentina).
Pero en otros, como en el caso de Chile, surge de un
liderazgo desgajado de las propias organizaciones a la que pertenecen sus
creadores; la criatura conserva entonces la tradición y vocación de partido
político y se desarrolla torno a la figura de su líder.
(El elemento positivo de aquello es que deja poco espacio
a la masificación de otras alternativas populistas de derecha levantadas por
personalidades fuertes, al margen de organizaciones políticas, tanto es así que,
el propio alcalde Carter debió pedir cobijo a un partido, que no es el suyo,
para instrumentalizar sus aspiraciones)
Una vez que, el segmento neofascista clava la
banderilla de una presencia con personalidad propia en el escenario político, sus
primeros enemigos son sus pares identificados con la propia derecha, pero
cercanos a la defensa de ideas más liberales.
No desechan las asonadas golpistas, (Trump y Bolsonaro
y ex general Zúñiga en Bolivia son testimonios de aquello), pero cuando ello no
se percibe viable en el corto plazo como instrumento para acceder al poder,
deben operar en el marco de la lógica de acumulación de fuerzas y formación de
mayorías, por lo cual optan por la disputa de la hegemonía en el seno mismo de los
conglomerados de partidos a los cuales se acercan o incorporan, dificultando la
cohabitación en ellos de las tendencias más liberales, pero, por sobre todo
contaminando y perfilando el conglomerado mayor con su propia épica, ideario,
discurso y forma de hacer política.
EJES QUE FUNDAN EL ANDAMIAJE DE SU RELATO.
Los ejes en torno a los cuales fundan el andamiaje de
su relato son, en lo fundamental:
Una capitalización a su favor de la rebeldía
antiliberal, denostando las organizaciones políticas tradicionales expresadas en
los ejemplos que proyectan las elites de los sistemas políticos, e, identificándose
ellos con “lo nuevo, que viene a poner orden,seguridad y eficacia”.
Capitalizan también la rabia y el descontento
provocado por el aparecimiento de lacras sociales, derivadas de la delincuencia
asociada al crimen organizado el narcotráfico y la migración ilegal. Rabia y
descontento que se hace carne principalmente en la población menos politizada, producto
del manejo eficiente de las lógicas comunicacionales que alimentan la fantasía
que, “lo que venga y al costo que sea, necesariamente va a ser mejor”.
Apuestan a una oligarquización del discurso con el relato
de un “nuevo conservadurismo” que se presenta con el ropaje de “modernizaciones”,
por lo cual las privatizaciones, las “desvinculaciones masivas”, los tributos y,
en general, la condena a muerte de cualquier acción de las instituciones
públicas que tenga efecto redistributivo, la presentan como expresiones de
“modernización del Estado”.
En el propio manejo de las lógicas comunicacionales
tampoco tienen cuestionamientos éticos.
Y, respecto de las formas de hacer política se
presentan como “niños símbolos” del reiterado y consciente uso de la mentira y
propensos al despido del “tufo” de las fake news y la posverdad; apoyados en las redes sociales, liviandad
de una prensa parcial y los medios de comunicaciòn hegemónicos, al servicio también de los intereses de la
fronda oligárquica.
DESPRECIAN LA DEMOCRACIA.
Desprecian la democracia, expresando satisfacción con
el levantamiento de liderazgos populistas y prevalencia de inestabilidades
institucionales, cuando no, las promueven; junto a la violencia civil y violencia
política, y, sobre todo, el manejo y manipulación del sistema judicial haciendo
de sus instituciones, autorías protagónicas de hechos
y tropelías “al filo de la ley” y de tremenda significación política.
Su desprecio por la democracia se expresa también en
la sobrevalorización de la seguridad ciudadana.
Para explotar esta idea, como se evidenció en la
campaña del plebiscito de la segunda propuesta constitucional en Chile, y, especialmente
en la franja televisiva, hegemonizada por el partido republicano, se abusa hasta la saciedad con el mal manejo de las emociones, el miedo, y el terror, que
viene de la mano de las incertezas, incertidumbres y temores fundados conscientemente
en mentiras, fake news y posverdades.
Situaciones que se repetirán, sin duda, en las
campañas de las elecciones de alcaldes y gobernadores que se vienen.
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