viernes, 17 de enero de 2025

AL FINAL DEL TÚNEL, LA CADENCIOSA REFORMA PREVISONAL VERÁ LA LUZ

 

EDITORIAL

CASA QUINTIL

18 DE ENERO 2025

AL FINAL DEL TÚNEL LA CADENCIOSA REFORMA PREVISIONAL VERÁ LA LUZ

No es el proyecto que ingresó hace más de dos años al Congreso.

Pero será la más importante transformación, habida hasta ahora, por el sistema previsional creado en dictadura, y operando como pilar fundamental del sistema de financiamiento del modelo neoliberal.

Su impacto sólo será comparable a la creación del pilar solidario implementado en el Gobierno de Bachelet (1).

Medida que convirtió a Chile en uno de los países del mundo, donde, el 100% de la población mayor de 65 años es beneficiaria del sistema de pensiones.

Cuestión que no muchos han conseguido.

Con la reforma que hoy se tramita, esa pensión básica tendrá un piso de 250 mil pesos, beneficiándose, además, todos los perceptores del pilar solidario, con un alza del beneficio que fluctúa entre un mínimo porcentual de dos dígitos hasta un máximo que puede hasta doblar su valor actual, dependiendo de variables como años de cotización, edad, género del beneficiario, (nivelación de beneficios), y otras variables que el proyecto considera.  

Producto de los cambios estructurales que el proyecto incorpora, se gestará un sistema mixto fortaleciendo su componente de reparto, (creación de un seguro social), y debilitando las instituciones e instrumentos con que opera el mecanismo de capitalización.

Mayor competencia y control administrativo de las AFP que disminuirán las comisiones cobradas y rentabilidad del negocio, aumentando con ello, y otras consideraciones, como la incorporación del factor generacional, de la rentabilidad del fondo ahorrado por los cotizantes.

El aumento del 1,5 al 8% del aporte de los empleadores fortalecerá el ahorro previsional y disminuirá la diferencia de la tasa de reemplazo de los actuales trabajadores, mejorando sus pensiones, cuando jubilen.

En la dimensión política, su aprobación e implementación en un año cruzado por las elecciones parlamentarias y presidencial, aumentará la crispación al interior del boque de derecha cuyos partidos se posicionan divididos frente a la reforma.

En la otra vereda, aunque hay voces críticas, el discurso de todas las organizaciones identificadas con el oficialismo, rescatan su valor; llegando algunas considerarla incluso, (si no se desconfigura en las fases que restan para concluir su tramitación), en   parte destacada del legado del Gobierno del presidente Boric.

A ello hay que agregar el lucimiento, y alta consideración del liderazgo, que alcanzarán los ministros que tienen a su cargo el protagonismo de su tramitación.

En versión video: 

https://www.youtube.com/watch?v=Il9J7Ll5hRc


EDITORIAL

CASA QUINTIL

12 DE ENERO 2025

EL DESAFÍO DEL PROGRESISMO DEL AÑO 2025  EN CHILE SE LLAMA ARTICULACIÓN

El año 2025 se realizarán en Chile las elecciones presidenciales y parlamentarias

Lo hemos dicho otras veces, la única posibilidad que tiene el progresismo de triunfar en ellas, es enfrentar la tarea configurando un conglomerado, que agrupe todos los partidos y organizaciones que, en su práctica cotidiana, privilegian las identidades que lo vinculan al progresismo.

 Y, por el contrario, que lo alejan de la defensa de las ideas e intereses levantados y defendidos por una cavernaria derecha hegemonizada hoy por el neofascismo.

También lo hemos dicho otras veces, ello no será fácil.

Para lograrlo tiene a su favor elementos que se deberán usar con inteligencia y sin mayor dilación.

El más importante es, por cierto, su presencia en la conducción del Gobierno.

Ello le da la ventaja de tomar la iniciativa generando hechos políticos que ayuden a los agentes que se identifican con el bloque a “tomarse el escenario”, y, por el contrario, incomoden a los posicionados en la “vereda del frente”.

Otra ventaja que se debe asimilar y capitalizar, es la experiencia lograda en las elecciones de autoridades locales y regionales del año recién pasado, y la consideración de los resultados alcanzados, cuando se enfrentaron unidos respecto de cuando lo hicieron dispersos.

También, por cierto, es digna de atención la consideración de la experiencia aprendida respecto de las dificultades que trae consigo el ejercicio de “hacer gobierno” con una “prensa hegemónica” controlada por el gran capital y un “congreso minoritario”, abordando incluso tareas administrativas.

Dificultades que, por cierto, se multiplican, tratándose de un Gobierno con vocación transformadora, operando en el marco de un sistema político atomizado.

El efecto de las “dos almas” felizmente ya medianamente superado, junto al debilitamiento, cuando no, disociación del Gobierno con su base social de apoyo, aún vigente, son deficiencias y problemas que la articulación orgánica, por cierto, deberá contribuir a resolver.

Para que ello se consiga debe haber un relato que, pauteado en las elites, “baje” rápidamente y se enriquezca con la participación activa de la base social.

Un relato, que, si bien en su inmediatez debe asimilarse a un programa de gobierno, en su horizonte estratégico mire las respuestas a las demandas levantadas por la multiplicidad de movimientos y conglomerados sociales, que acompañan hoy a los movimientos populares tradicionales, en la tarea de hacer país con vocación transformadora, visibilizados en el estallido social y aún no resueltos.

Desarrollaremos esta última idea próximamente.


EDITORIAL

CASA QUINTIL

2 DE ENERO 2025


EL AÑO POLÍTICO QUE SE NOS VIENE.

El año 2025 estará atravesado por el significado que tienen las elecciones presidenciales y parlamentarias que se efectuarán en noviembre y diciembre.

Será, por tanto, el referente principal que tendrán las organizaciones políticas para tomar las decisiones y operar en un escenario no muy diferente al que hoy visualizamos.

Esto es, dos grandes bloques identificado uno con el progresismo y la superación del neoliberalismo posicionado en el Gobierno.

El otro con la reacción conservadora partidaria de la profundización, (modernización en su lenguaje), del neoliberalismo identificado con la oposición.

Operando ambos en un sistema político de carácter presidencial, fracturado y atomizado, producto de los espacios que deja abiertos para que, mas de una veintena partidos, además de innumerables  conglomerados de personas lideradas por  independientes ocupen pequeños espacios de poder.

En este contexto, los factores que serán determinantes y fundamentales para inclinar la balanza en favor de uno u otro bloque, será en primer lugar, la capacidad que tengan para articular los partidos y organizaciones  que compartan sus objetivos estratégicos emanados del cuerpo ideológico que los identifica.

Y, en segundo lugar la capacidad de seducir a los independientes (en especial a los influyentes) en una proporción mayor respecto de su contraparte.

Los resultados conseguidos en las elecciones locales y regionales por el bloque progresista, realizadas el año que acaba de terminar, lo dejan bien aspectado para proyectar la performance experimentada en las elecciones de alcaldes y gobernadores a las parlamentarias y presidenciales a realizarse el 2025.

Los Alcaldes oficialistas elegidos el año 2024 gobiernan el 40% de la población, los opositores al 38%, y los independientes el restante 22%; si el ejercicio lo hacemos con el resultado de Gobernadores, la diferencia es mayor considerando que, en 10 de la 16 Regiones fueron elegidos candidatos identificados y apoyados por el Gobierno.

En las elecciones donde el conglomerado progresista participó disperso (consejeros y concejales) el resultado fue el inverso.

La única posibilidad que tiene el progresismo de triunfar es repetir esta experiencia probada ya como exitosa: esto es estructurar una alianza lo más amplia posible

Ello no es fácil.

Para refundar la articulación en el nuevo contexto, se requiere tener un relato en que se reconozcan todos los sujetos orgánicos articulados; es decir un proyecto país, que parta de lo conseguido en el actual Gobierno y se proyecte en primer lugar, hacia el logro de las tareas que quedarán pendientes.

En lo posible con una estructura orgánica con un mayor grado de formalización que “los encuentros auto convocados” de sus líderes, o la respuesta a invitaciones a participar en el comité político del Gobierno.

Si se logra aquello se alcanzará una nueva posición ventajosa, teniendo en cuenta que, en la otra barricada, se perfilan al menos dos proyectos.

La existencia de los dos proyectos en la oposición se traduce en la existencia de un doble liderazgo, (aspirantes a la primera magistratura del país), expuestos al desgaste del debate político cotidiano.

La obsesión  de uno de ellos de no participar en las primarias  extiende la permanencia de tal situación hasta la primera vuelta.

El progresismo, en cambio, si logra resolver positivamente los temas de la articulación y el relato, el tema del liderazgo lo resolverá el sistema mediante las primarias, habilitándolo para participar ya en la primera vuelta presidencial, con sólo un candidato reconocido por el conjunto de actorías incorporadas al bloque.


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AÑO NUEVO EN VALPARAÍSO.

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