EDITORIAL
¿QUÉ PASÓ EN
CHILE EL 16 DE NOVIEMBRE? (2). EL ESCENARIO POS PRIMERA VUELTA.
Han pasado 7
días y ya se ha dicho todo ………. o casi todo.
El pasado 16 de noviembre
el país eligió el Congreso que acompañará al próximo Presidente, instalando dos
piezas claves que formarán parte del paisaje político de los próximos cuatro
años:
A modo de
resumen, diremos que en el Senado se produjo un empate técnico entre Gobierno y oposición.
En la Cámara de Diputados, en tanto, la suma de los candidatos electos por las dos alianzas
opositoras (76) están por debajo de los requeridos para alcanzar la mayoría con
asistencia completa (78), y aún sumados los elegidos por el Partido de la Gente
(14), están en el límite para alcanzar los cuatro séptimos requeridos para
reformar la constitución.
Con los 64
candidatos elegidos por el progresismo, y, de fortalecerse la articulación organizacional, social y política, transformándose, de alianza electoral en coalición política, el conglomerado organizacional creado para enfrentar las primarias, quedará
bien aspectado para constituirse en un dique de contención, a la avalancha de
medidas contrarias a la democracia, los derechos sociales y los intereses
populares con las que ha amenazado el candidato del neofascismo, que pasa a la
segunda vuelta, si gana el balotaje.
De triunfar la
candidata del progresismo en la segunda vuelta, la articulación, configurada para enfrentar las primarias, se reforzará de manera natural.
Ello, junto a
los 64 diputados electos se constituirán en una palanca esencial para configurar
la base social y política del probable nuevo régimen progresista, si gana la segunda vuelta.
En la elección
presidencial se instalan en el balotaje, en una vereda el candidato
de una de las dos alianzas identificadas con la ultraderecha, ubicado en el
segundo lugar (24% de los votos) que de inmediato recibe el apoyo del candidato
ubicado en el cuarto lugar (14%) identificado igualmente con la ultraderecha, con tintes más extremistas, sumándose
posteriormente la candidata ubicada en quinto lugar identificada con la derecha
tradicional (12%).
En la otra
vereda, la candidata oficialista sumando los votos propios (27%) con los que
obtuvieron aquellos que no merecieron el calificativo de “competitivos”
sumarían el 30%.
En la disputa por
el triunfo, el progresismo la tiene cuesta arriba. Lo positivo y rescatable es
que hay espacios donde crecer.
Repetimos hay
espacios donde crecer.
Además de los
lugares comunes que con el tiempo se han incorporado a nuestro imaginario
colectivo, como la manoseada frase “la segunda vuelta es otra cosa”, hay
espacios reales para crecer con un relato de campaña cargado más a la realidad, antes que
a la ideología, (que es cómo se ganan las elecciones).
Partiendo por
la incorporación en el relato de campaña las respuestas a las demandas aún insatisfechas del estallido.
Hay espacios
para crecer en la búsqueda del más de medio millón de personas que votaron por
candidatos a diputados y senadores del bloque que apoyaba a nuestra candidata y
no lo hicieron por ella.
Hay espacios
para crecer, en ese 20% de electores que votó por Parisi, del cual no sabemos
mucho más de lo que el propio Parisi sabe de ellos.
Para llegar a
ellos disponemos de los datos de referencia geográfica entregados por el SERVEL,
junto a los resultados, que los comandos se encargarán de rescatar, analizar y entregárnoslos.
Desde una mirada más política sabemos por ejemplo, que se mueven por demandas aspiracionales, que no son las mismas por las cuales se mueven los sectores populares, partiendo por esa posesión irracional asociada al desacreditado consumismo.
Siguiendo por la vertiente política, sabemos que no votaron por la izquierda, pero tampoco lo hicieron por la derecha. Respondiendo al llamado del PDG, esta colectividad puede con orgullo exhibir 14 diputados, ....... pero curiosamente ningún senador.
Son, en suma, electores políticamente desafectados que decidieron acudir a las urnas "a última hora" motivados seguramente por la "idea" de no pagar la multa.
Tal vez "poseídos" por la intuición política bien comunicada del candidato, asociada a un relato atiborrado de aspiraciones sociales y económicas, y; tocados también. por el miedo a perder lo que ya poseen, por razones económicas o seguridad ciudadana, acudieron ese día a las urnas
El rasgo definitorio como conglomerado social de este tipo de fenómeno es la volatilidad, y tal vez ahora mismo hayan djado de ser parte del paisaje político, pero como electores siguen existiendo.
Son preferentemente jóvenes, pertenecientes acapas medias aspiracionales que seguramente con sacrificio, estudiando y posteriormemente trabajando, adquirieron lo que poseen y tienen temor a perderlo por razones económicas o de seguridad ciudadana.
Por ello al igual que los sectores populares son permeables a los escenarios de terror manipulados por la propaganda fascista,y, la consigna "Chile se cae a pedazos" aún siendo mentira les hace algún sentido.
Los que intentaron acercarse a esa masa de electores desde las encuestas, y fallaron en el intento, los motejaron como el “votante, oculto, y veleidoso" tomando decisiones de última hora estimulados más por las emociones que por la razón”.
Ubicarlos, seducirlos, y convencerlos que el triunfo del progresismo es lo mejor para Chile, incluida la satisfacción de sus demandas aspiracionales, no es facil, pero es parte de la pega que hay que hacer en una campaña que durará 15 días.
El lado más auspicioso de la cuestión es que, la disputa se librará en escenarios conocidos y con instrumentos también conocidos, la calle, las redes sociales, la franja
televisiva, y los debates; a los cuales el candidato de la ultraderecha se
niega asistir, no porque no tenga proyecto país que exponer, sino porque sabe
que con su proyecto no se ganan elecciones sino todo lo contrario.
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