EDITORIAL
CASA QUINTIL
28 de mayo 2024
“¿QUÉ
PASÓ AYER?” ELEMENTOS PARA DISEÑAR EL ESCENARIO POLÍTICO EN EL UMBRAL DE LA
TERCERA CUENTA PUBLICA.
Durante
los dos primeros años, y algo más, de gobierno ha pasado de todo. Dos eventos
electorales que provocaron terremotos políticos con efectos telúricos de
sentido contrario incluidos.
En
la editorial que presentamos cuando el presidente Boric asume la primera
magistratura del país decíamos textualmente que:
“Los
desafíos que el Gobierno deberá enfrentar podemos clasificarlos en tres grupos,
los que apuntan al manejo eficiente de organismos e instituciones que forman
parte de la administración del Estado, los que apuntan a abordar las
transformaciones que persiguen una modificación del modelo de desarrollo, con
lo que se pretende a su vez, corregir la inequidad en el reparto de la riqueza
que el país genera; y el tercer grupo, los que apuntan a abordar los
imprevistos y resolver los problemas causados y/o fomentados por la acción
opositora”
Hoy
podemos decir que, el enfrentamiento de los problemas que configuran el tercer
grupo de desafíos se tomaron la agenda.
A
ello contribuyeron diversos factores.
En
primer lugar, la acción y el relato opositor que, focaliza su centro de atención,
en la explotación de las previsibles crisis económica y crisis de seguridad ciudadana
que necesariamente se desencadenarían.
Se
trata por cierto de los efectos pos pandemia y pos estallido, a los cuales
habría que agregar, los propios efectos de una descontrolada migración,
operando en un contexto regional perfilado por la presencia del narcotráfico el
crimen organizado y una desatada delincuencia urbana.
También
contribuyó a aquello el incomprensible inmovilismo del Gobierno una vez
instalado, a la espera del cierre del proceso constituyente que, en un
diagnóstico errado, se esperaba que iba a crear las condiciones para
instrumentalizar la batería de transformaciones.
El
resultado lo conocemos, ese momento nunca llegó y con las transformaciones “pasó
la vieja”.
Con
la derrota del apruebo la oposición declaró “la muerte anunciada” del Gobierno
y actúa en consecuencia, su centro de atención es ahora la disputa de hegemonía
interna sustentada en la frase patentada por Carlos Larraín “al Gobierno hay
que apretarlo hasta hacerlo gritar”.
Esta
disputa por la hegemonía tuvo su punto de inflexión, con el cierre del segundo
proceso constitucional, “se pasaron cuatro pueblos” y el resultado también lo
conocemos.
No obstante
ello, el triunfo del en contra, no cambió la conducta de la oposición, al
contrario, la “consigna Larraín” se transformó en el eje del relato opositor.
El
control del Congreso de la alianza opositora, con un bloque oficialista
actuando en su interior desarticulado y fragmentado, generaba condiciones para sustentar
allí una acción obstruccionista funcional al cumplimiento de los objetivos
estratégicos de la derecha, “negando la sal y el agua” a cualquier iniciativa
no relacionada al tema de la seguridad ciudadana.
En
el intertanto el bloque oficialista (copado por jóvenes) gana experiencia en el
manejo de la administración del Estado con luces y sombras (signos de corrupción
incluidos).
A
la acumulación de experiencia ayuda la incorporación al Gobierno de líderes y cuadros
técnicos provenientes del socialismo democrático en puestos estratégicos
Con
ello se gana en eficacia administrativa, pero se pierde en coherencia ideológica
y sobre todo en articulación de la base política de apoyo.
El
asunto de las “dos almas” fue la principal asignatura pendiente que el bloque progresista
aún no logra resolver, pese a la creación de la plataforma “Contigo Chile mejor”
para enfrentar unidos la elección de alcaldes.
Tiene
a su haber, en cambio, la implementación una potente batería de medidas
orientadas principalmente a la entrega de recursos humanos y materiales para combatir
el crimen organizado que comienza a dar frutos y dejar atrás la crisis de
seguridad.
Mayores
éxitos son posibles de percibir en la estrategia sostenida por el Gobierno
para enfrentar la crisis económica, con una inflación hoy contenida y el
aparecimiento de los primeros signos de crecimiento en un tiempo menor al pronosticado.
Crisis
que por lo demás afectó menos a los más pobres por efecto del arsenal de
medidas de protección que se implementó basado en la entrega de bonos,
subsidios, aumento de salarios y mejoramiento de condiciones de trabajo
(cuarenta horas)
A
ello habría que considerar también hoy, la percepción en un horizonte no lejano de
una sostenida tendencia a la mantención de un alto precio del cobre, ademas de los
retornos del royalty minero que ya comienza a dar sus frutos.
Ello
y el mayor dinamismo económico dará al Gobierno una mayor holgura y grados de
libertad para financiar gastos y medidas de caracter transformador que no pasen por el Congreso.
Están
dadas las condiciones entonces hoy, para derrotar la siniestra estrategia opositora, siempre
que, sin abandonar los proyectos emblemáticos en trámite en el Congreso, los
mayores recursos ingresados a las arcas fiscales se utilicen en el
financiamiento de beneficios que hagan sentido a la gente y reivindiquen el
octubrismo.
Por
ejemplo, un potente fortalecimiento de la salud pública para que acoja a los desencantados de las ISAPRES y termine en primer
lugar con las listas de espera, la aplicación de alguna de las estrategias
presentes en el debate académico para abordar en serio el tema de los
campamentos, o, la puesta en marcha de un nuevo sistema de financiamiento universitario
que, de paso, transparente y condone los préstamos “incobrables” y, los que se
consideren “pagables” se asimilen al nuevo sistema propuesto.
PRIMERO DE MAYO EN VALPARAÍSO
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