EDITORIAL
CASA QUINTIL
14 DE OCTUBRE 2024
ECOS DEL ESTALLIDO SOCIAL CINCO AÑOS DEPUÉS (1).
Esta semana se cumplirán 5 años del estallido social del 18.O. Un momento oportuno para reflexionar sobre sus causas, contenido, efectos y consecuencias.
En materia de causas, tal vez sea el aspecto que alcance
mayor consenso en el análisis de la academia y el debate político.
Una situación de desigualdad, falta de dignidad e injusticia social que era percibida transversalmente por el conjunto de la sociedad.
Situación de inequidad, que, mientras en algunos se expresaba en el acceso a bienes que podríamos considerar como suntuarios, en otros se expresaba en el estrés asociado a la sitación de endeudamiento que requería el acceso a ellos, pero también a bienes básicos de calidad como la educación, salud o vivienda.
Mientras para los más
pobres, (en especial grupos como madres solteras, “allegados”, “sincasas”, desempleados subempleados crónicos y marginados en general), el empleo, salud, vivienda y seguridad social digna
eran, al igual que hoy, aspiraciones a demandas estructuralmente insatisfechas.
En materia de los hechos que configuraron su expresión
como fenómeno político y social, hubo de todo, desde movilizaciones barriales espontáneas,
hasta las multitudinarias que convocaron el mayor número de personas que se registra
en la historia de Chile.
El fenómeno social se instaló en los espacios públicos
que iban desde las reuniones familiares (cacerolazos), hasta mítines comunales y
actos provinciales en plazas y otros lugares públicos (conciertos, cicletadas, foros o conversatorios).
Especial significación tuvieron por cierto los cabildos espontáneos donde la gente
se reunía a discutir el país que soñaban.
También hubo, por cierto, actos y manifestaciones de
vandalismo, algunas con contenido político como los asaltos e incendios que
afectaron a instituciones o empresas identificadas con abusos o causantes de actos atentatorios contra la dignidad del ser humano (farmacias, retail, transporte, agua potable) o
asociadas a su defensa y protección (bancos, medios de comunicación hegemónicos,
etc.).
Otras sin ningún significado político como las que afectaron a municipalidades, servicios públicos o iglesias.
Especial mención merecen los incendios a 36
estaciones del metro cuya investigación oficial liderada por el Gobierno de la época
no arrojó ningún resultado y la documentación obtenida de tal investigación fue destruida ¿?.
Los efectos y consecuencias son los aspectos que
arrojan el mayor desacuerdo en el debate político generado al respecto.
Ello por cuanto la derecha ha logrado a lo largo de estos
5 años instalar en la prensa hegemónica, y el debate ideológico un “imaginario”
del fenómeno, elaborado a partir de interpretaciones erróneas y falsedades mas que de hechos
verdaderos.
Han colaborado a ello dos manifestaciones perceptibles por la sociedad que la afectaron profundamente ocurridas durante
este tiempo, la pandemia y el ingreso a Chile de un fenómeno regional como es
el crimen organizado asociado al narcotráfico y la delincuencia barrial.
Pero especialmente debido a una presencia agresiva de la
derecha en la lucha de clases en el plano ideológico, a la cual ha colaborado
en importante medida un sector de la propia izquierda.
Baste decir tan sólo que el concepto “octubrista” y “octubrismo”,
tan usado hoy en la actual campaña electoral para denostar a los candidatos
progresistas fue crado por un afamado intelectual identificado como “de
izquierda”.
Desarrollaremos especialmente esta arista del tema en el próximo editorial.
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