Señalé por último que la personalización de la fusión del poder político con el poder económico, en toda la estructura del Estado, durante la fase neoliberal del capitalismo, ha facilitado que “las políticas públicas y sociales promovidas por ellos han sido las que representan los intereses minoritarios de los grupos económicos y financieros anteponiendo los beneficios particulares al bien común” (Neoliberalismo y coronavirus 1)
Focalizaré ahora el estudio a esclarecer cómo la crisis ha desnudado en todo su dramatismo los efectos sociales del neoliberalismo; y cómo el modelo neoliberal en sí mismo no ofrece ninguna posibilidad de salir "bien parado" de la crisis y por lo tanto las soluciones posibles hay que buscarla fuera de él.
Como era de esperarse, lo que la crisis nos ha enseñado es que los sectores más afectados son los más vulnerables. Informales y cuentapropistas viven del ingreso generado día a día, su principal espacio económico es la calle, no están bancarizados, no disponen de redes de protección que no sean las generadas en la propia sociedad civil vía acciones de caridad o en el mejor de los casos de solidaridad. Pero no sólo están fuera del sistema económico, también lo están fuera del sistema sanitario por lo cual su acceso sólo se produce en calidad de indigentes, su alta exposición al riesgo deriva del hecho que habitan en la periferia de las ciudades en viviendas en extremo precarias y condiciones de asinamiento.
Trum y Bolsonaro , antes que la pandemia ingresara a sus respectivos países, usaron el "negacionismo" para impedir el efecto económico que traería consigo la aplicación de medidas preventivas; en un segundo momento optaron por minimizar el peligro, finalmente con el virus al interior de sus propios países optaron por la negativa a cerrar ciudades mientras había alguna duda que su condición sanitaria la transparentara como un peligroso foco de infección; optando sólo por tomar medidas relacionadas con cierres parciales que afecten lo menos posible la actividad económica y adoptando sólo débiles medidas de protección. Es el patrón de conducta, sugerido por los monjes del neoliberalismo:
"Frente a la alternativa de la salud y la economía elige la economía".
Exceptuando el negacionismo, el comportamiento que ha tenido el Gobierno de Chile para enfrentar el coronavirus en el día a día no ha sido diferente a la conducta manifestada por otros Gobiernos que han adoptado el modelo neoliberal, antes que el virus ingrese al país le bajan el perfil al peligro potencial que trae consigo el ingreso del virus, ante la opción de optar por la detención de la actividad económica y el aislar focos infecciosos con el encierro de la población, opta sólo por suspensiones parciales en lo que han denominado una "cuarentena estratégica" que considera aislamientos y separaciones parciales de la población que habita una provincia o comuna sin medidas de protección.
Para justificar tal decisión el propio Ministro de salud ha dado como razón la incapacidad de los sectores vulnerables de permanecer encerrados en sus casas por tiempos demasiado largos considerando el riesgo que ello significa debido a las condiciones económicas y de vivienda a la que están afectos. Por cierto el Ministro olvida que tales situaciones son provocadas como efectos de la aplicación durante 30 del "ABC" de la doctrina neoliberal y que el "chorreo" que tal doctrina prometía beneficiar a los sectores más vulnerables nunca llegó.
También los programas de protección y salvataje aplicados, en especial si benefician a la empresa, son instrumentalizados vía bancos aún sabiendo que las más precarias no están bancarizadas y las que si lo están serán presa fácil de una voracidad fundada en el lucro y hasta la especulación si es ello posible.
Los instrumentos elegidos como el crédito con aval del Estado traen al recuerdo el tristemente y "mal ponderado" CAE.
Este patrón de conducta no siempre es posible, en especial cuando la crisis erosiona hasta los pilares sobre los cuales se sustenta el modelo. Es la imagen que las empresas privadas, incluso las asociadas al gran capital, consideradas por el modelo como el principal motor del desarrollo puesto de manifiesto cuando se colocan en la "primera fila" a la hora de solicitar el salvataje del Estado (caso LATAN)
Ya no es la "la mano invisible" del mercado sino el Estado la única instancia con capacidad real para abordar con éxito los efectos de la crisis. Hasta las recetas de ajustes recomendadas por el Banco Mundial y el F.M.I. deben ser literalmente lanzadas al tacho de la basura ante las dimensiones que alcanzará el fantasma recesivo que ellos mismos pronostican y anuncian su aparición a la vuelta de la esquina.
Incluso las gerencias de empresas de gran tamaño y los representantes de las asociaciones gremiales que defienden sus intereses, han perdido todo el pudor que les quedaba y acuden al solicitar públicamente "una manito" por no decir "la teta" del "papá" Estado para recuperarse y evitar la muerte que a su manera también les provocará la crisis asociada a la pandemia.
Es así como el Estado se erige como el único instrumento capaz de resolver hoy no sólo la crisis sanitaria y sus mayores efectos económicos (desempleo y hambre) sino incluso los problemas denunciados, en el discurso por analistas de todos los colores políticos y en la calle por lo manifestantes, como lo son el acceso al agua, a una vivienda digna, a una educación gratis y de calidad, a un salario y previsión justa, a respirar un aire libre de contaminación
REFLEXIONES SOBRE NEOLIBERALISMO Y CORONAVIRUS (3)
1.- La presencia del coronavirus en el país ha develado todo el dramatismo expresado en la crisis sanitaria, social, y política que representa.
2.- La crisis es sistémica y sólo el interés de visibilizar mejor sus efectos puede permitir examinarlos separadamente. En lo fundamental cabe señalar que ella es en primer lugar una crisis sanitaria. Parece pertinente entonces partir señalando que compartimos lo expresado por todos los salubristas agrupados en organizaciones científicas a través del mundo: “la economía es secundaria con respecto a las consecuencias sanitarias que el virus puede provocar”
3.- Exceptuando el "negacionismo", (expresado por Trump y Bolsonaro) en un primer momento, el comportamiento que ha tenido el Gobierno de Chile para enfrentar el coronavirus en el día a día no ha sido diferente a la conducta manifestada por otros Gobiernos que han adoptado el modelo neoliberal; antes que el virus ingrese al país le bajan el perfil al peligro potencial que trae consigo, y, cuando ingresa, frente a la posibilidad de optar por la detención de la actividad económica y aislar focos infecciosos con el encierro de la población, se opta sólo por suspensiones parciales, aislamientos y separaciones restringidas de la población que habita una provincia o comuna sin aplicar medidas adicionales de protección. O sea, como lo sugieren los “monjes” del neoliberalismo que recorren el mundo entregando consejos: "Frente a la alternativa de la salud o la economía elige la economía". Para justificar tal decisión el propio Ministro de Salud ha dado como razón la incapacidad de los sectores vulnerables de permanecer encerrados en sus casas por tiempos demasiado largos considerando el riesgo que ello significa debido a las condiciones económicas y de vivienda a la que están afectos. Por cierto el Ministro olvida que tales situaciones son provocadas como efectos de la aplicación durante 30 años del "ABC" de la doctrina neoliberal y que el "chorreo" que tal doctrina prometía beneficiar a los sectores más vulnerables nunca llegó.
4.- En el plano social estos sectores son los que se verán más impactados con los efectos de la pandemia, no sólo porque son los más vulnerables y no disponen de redes propias de apoyo, sino además porque si el Estado quisiera acudir a su salvataje con medidas, sanitarias y económicas, no sabría cómo hacerlo, justamente porque están fuera del sistema.
5.- Los Gobiernos que se sucedieron con posterioridad al desenlace democrático hicieron su parte para contribuir a "descuartizar" la sanidad pública, para lograr su fin estratégico: la privatización; utilizaron, a su tiempo, todos los instrumentos que tuvieron a su alcance; también contribuyó a la destrucción de la sanidad pública una política fiscal en sintonía con los ajustes y equilibrios monetarios recetados por el F.M.I. y el Banco Mundial, las mismas que siguieron España e Italia (planes de rescate pos crisis surprime). Países que, al igual que Chile, sus autoridades médicas se encuentran atadas de manos para reaccionar como corresponde: una parte no despreciable del sistema en manos privadas y la parte que sigue siendo pública sin los recursos requeridos para ofrecer un servicio a la altura de las circunstancias. Al efecto provocado por los fenómenos arriba descritos hay agregar el hecho que a lo largo de toda la estructura del Estado las elites económicas necesitan cada vez menos a intermediarios y/o representantes para defender sus intereses en el campo de la toma de decisiones políticas, esa labor hoy la asumen de cuerpo presente. Entonces no podría ser de otra manera: las políticas públicas y sociales promovidas por ellos han sido aquellas que representaban los intereses minoritarios de grupos económicos y financieros anteponiendo sus beneficios particulares al bien común. El ejemplo más reciente de aquello es el reemplazo, en plena crisis, de la SEREMI de salud de Santiago (sale una enfermera salubrista y entra un ingeniero comercial).
6.- En materia de política de protección y salvataje los instrumentos adoptados son los que se encuadran en la lógica del modelo neoliberal, para muestra un botón: con recursos obtenidos vía endeudamiento del Estado, se orientan, en lo sustancial, a rescatar a la empresa privada y su cananalización se realizará mediante la Banca, por lo cual con ellos, sólo beneficiará a la empresa bancarizada, o sea a la más solvente y capaz de garantizar al Banco vida y salud durante, al menos, el período que demore en cancelar los créditos. Tampoco esos créditos podrán usarse para cubrir salarios de los trabajadores de la propia empresa beneficiada, porque ellos, para mantener el vínculo con la empresa, deben acogerse a la figura de la "suspensión" durante el período de "para" y cubrir sus salarios con su propio aporte al fondo de seguro de desempleo. El peligro de la mediana y pequeña empresa de ser presa fácil de una voracidad de la Banca fundada en el lucro y hasta la especulación si hacen uso de tal beneficio está latente, en especial considerando que el instrumento diseñado lleva por nombre el tristemente recordado Crédito con Aval del Estado (CAE)
7.- En el plano más político los efectos del virus han erosionado los pilares mismos del neoliberalismo: Estos pilares consideran que el principal polo de desarrollo es la empresa privada y que la formación de grandes grupos económicos es un factor de estabilidad, su expansión no tiene límites si es capaz de insertarse al mercado internacional que es ilimitado, la concentración es un factor constitutivo del sistema; la limitación que la gran empresa tiene para incorporar a la economía a un amplio sector de la población, se resuelve “vía chorreo” y se instrumentaliza mediante el autoempleo (vendedores de cuneta, cuentapropistas, microemprendedores, etc.). Los servicios sociales, son espacios económicos como cualquier otro, y en los tiempos de pandemia son una “oportunidad” para hacer negocio por lo cual está permitido cruzar los límites éticos asociados a la obtención del lucro como lo son el abuso y la especulación. El mercado debe ser el factor único, exclusivo y excluyente en la asignación de recursos, sin limitación alguna. La libertad económica es la madre de todas las batallas estando incluso por sobre la libertad política. Los trabajadores se consideran un recurso fungible del proceso productivo, al igual que lo son los insumos, el capital de trabajo o las herramientas, bajo el supuesto de que esencialmente aportan su energía humana. Al ser prescindibles los trabajadores como mercado potencial el modelo postula éticamente razonable que reciban sólo la parte de los frutos de la riqueza que el país es capaz de generar que impida la posibilidad de transformarse en “factores de inestabilidad social” para lo cual, el “chorreo” debe ser complementado con la acción focalizada del Estado subsidiario.
8.- El pensamiento neoliberal resumido el párrafo precedente comienza a derrumbarse cuando una empresa cuyos propietarios forman parte de la elite económica como LATAM se pone en la primera fila para solicitar el apoyo del Estado. La lógica de las decisiones adoptadas por el Gobierno de Piñera para enfrentar la crisis del coronavirus ha sido, como lo hemos explicitado en los párrafos precedentes, la preservación y profundización del modelo neoliberal al que adhiere y está comprometido. Se ha intentado salvaguardar los intereses empresariales hasta el último momento, por encima de la prevención y protección pública de las personas. Pero la evidencia ha puesto de manifiesto que sólo el Estado dispone del poder y las herramientas para salir de la crisis, y los países que minimizando su rol redujeron su capacidad al ejercicio a la ejecución acciones focalizadas de carácter subsidiario pagarán caro su error. En países en que el empleo informal afecta a tantas personas la posibilidad de quedarse en casa es incompatible con la necesidad de generar los recursos para alimentarse en el día a día. Entre los grupos más sensibles están, por cierto, los más pobres, quienes habitan en asentamientos precarios, en calidad de hacinados en la periferia de las grandes ciudades, muchos de ellos sin acceso a agua y manejo de residuos. La solución para ellos no llegará de la empresa privada estimulada por el mercado y la competencia sino de la cooperación y solidaridad de sus pares en la sociedad civil.
9.- Las estrategias adoptadas por los diferentes gobiernos para enfrentar la pandemia demuestran al mismo tiempo los diferentes contextos que dan fundamentos ideológicos a su acción. En un lado tenemos países que asumen que es deber del Estado contener la pandemia, y los ciudadanos aceptan el despliegue de métodos de control individual a cambio de la certeza de que si se enferman la salud pública y en general el Estado se hará cargo de ellos. En el otro extremo tenemos naciones que desde una perspectiva neoliberal han asumido la lógica de aceptar el contagio de amplios sectores sociales y centrar las esperanzas en la producción de inmunidad colectiva. Asumen así la muerte de personas vulnerables al coronavirus, como si se tratase de una estrategia de “darwinismo social” o sea la noción de sobrevivencia de ‘los mejores”
10.- Con ello se ha demostrado que el pensamiento neoliberal ha quedado desprovisto de ideas para enfrentar la crisis. Es más el modelo neoliberal en sí mismo no ofrece ninguna posibilidad de salir "bien parado" de la crisis y por lo tanto las soluciones posibles hay que buscarla fuera de él. Ya no es la "la mano invisible" del mercado sino el Estado la única instancia con capacidad real para abordar con éxito la reversión de los efectos de la crisis. Es así como el Estado se erige como el único instrumento capaz de resolver hoy no sólo la crisis sanitaria y sus mayores efectos económicos (desempleo y hambre) sino incluso los problemas denunciados, en el discurso por analistas de todos los colores políticos y en la calle por los manifestantes, como lo son el acceso al agua, a una vivienda digna, a una educación gratis y de calidad, a un salario y previsión justa, a respirar un aire libre de contaminación.
11.- En el plano internacional analistas de diferentes posturas políticas han concluido que "el coronavirus provocará el fin de la globalización tal y como hasta ahora la conocemos". La apertura de aeropuertos y traslado internacional de personas no se repondrá con la misma premura con que se cerraron. Coinciden también en visualizar en el horizonte un mundo inestable, compartimentalizado, con sus partes actuando con recelo y mucha sospecha afectados por el impacto que provocará en ellos fenómenos como el empobrecimiento y la desaceleración tecnológica; en las relaciones económicas internacionales la asintonía y desconcierto primará sobre la sincronía y el orden. Para ejemplificar aquello podemos mencionar la disputa por los precios del petróleo librada por Rusia, Irán y Arabia Saudí y la piratería por los ventiladores encabezada por Estados Unidos.
12.- Ha pasado bastante agua bajo el puente desde que el desplome de los socialismos reales y el término de la guerra fría mutó un orden económico mundial de bipolar a unipolar. Como sabemos, el modelo no duró mucho tiempo, con la puesta en escena de los gigantes asiáticos en el lejano oriente, los fundamentalismos religiosos en el medio oriente y los países europeos actuando unidos en la Unión Económica Europea, el orden económico internacional se encamina más bien al perfilamiento de un modelo multipolar. En ese contexto, con la débil capacidad de respuesta y eficacia en la acción frente a la pandemia, las democracias liberales occidentales han quedado mal paradas, perdiendo legitimidad entre sus pares y ciudadanos, frente a la contundente acción y relato ganador expresado en la disciplina colectiva y cohesión estatal de los regímenes orientales.
13.- De lo expresado en los párrafos precedentes ¿se puede inferir que el coronavirus derrotó al neoliberalismo? Lo que la historia ha demostrado es que las crisis por sí solas no matan los sistemas económicos o políticos, más bien éstos recomponen sus parámetros y se recrean, es lo que acontece si no actúan conglomerados sociales con liderazgos políticos que provoquen su destrucción.
14.- El neoliberalismo sólo puede ser derrotado en Chile, cuando el control hegemónico de una parte significativa del Estado sea asumida por un MOVIMIENTO POPULAR, configurado por las fuerzas sociales que provocaron el estallido social lideradas por una vanguardia política dispuesta a hacer las transformaciones que viabilicen las demandas sociales y las hagan irreversibles en el tiempo.
15.- El requisito para que ello se produzca es que se configure una mayoría social, electoral y política convencida y dispuesta a provocar tales cambios. La principal disputa que deberá enfrentar la izquierda durante los próximos meses será la disputa por la hegemonía. Un primer round de lo que se viene se libró ya en la elección de la Mesa de la Cámara de Diputados, pero la hora de la verdad serán los acuerdos que se logren en las elecciones unipersonales de alcaldes y gobernadores que se avecinan.
EDITORIAL (2)
(2 DE MAYO 2020)
La presencia del coronavirus en el país ha develado todo el dramatismo expresado en la crisis sanitaria, social, y política que representa.
La crisis es sistémica y sólo el interés de visibilizar mejor sus efectos puede permitir examinarlos separadamente. En lo fundamental cabe señalar que ella es en primer lugar una crisis sanitaria. Rechazamos por ello la receta que sugieren los “monjes” del neoliberalismo, fielmente adoptada por Piñera: "Frente a la alternativa de la salud o la economía elige la economía".
En el plano social los sectores más vulmerables, (que, expulsados del sistema permanecen en tal condición esperando un "chorreo" que nunca llegó), son los que se verán más impactados por los efectos de la pandemia, no sólo por no disponer de redes propias de apoyo, sino además, porque si el Estado quisiera acudir a su salvataje con medidas, sanitarias y económicas, no sabría cómo hacerlo, justamente porque están fuera del sistema.
Los Gobiernos que se sucedieron con posterioridad al desenlace democrático hicieron su parte para contribuir a "descuartizar" la sanidad pública y lograr su fin estratégico: la privatización. También contribuyó a la destrucción de la sanidad pública una política fiscal en sintonía con los ajustes y equilibrios monetarios recetados por el F.M.I. y el Banco Mundial, por ello los profesionales y funcionarios se encuentran con la manos atadas para reaccionar como corresponde: una parte no despreciable del sistema en manos privadas y la parte que sigue siendo pública sin los recursos requeridos para ofrecer un servicio a la altura de las circunstancias. A ello hay que agregar que las políticas públicas adoptadas son aplicadas y promovidas las autoridades intermedias que representan los intereses minoritarios de grupos económicos y financieros anteponiendo sus beneficios particulares al bien común. El ejemplo más reciente de aquello es el reemplazo, en plena crisis, de la SEREMI de salud de Santiago (sale una enfermera salubrista y entra una ingeniero comercial).
En materia de política de protección y salvataje los instrumentos adoptados son los que se encuadran en la lógica del modelo neoliberal, para muestra un botón: recursos obtenidos vía endeudamiento del Estado, se orientan, en lo sustancial, a rescatar a la empresa privada y su cananalización se realiza mediante la Banca, por lo cual, con ellos, sólo se beneficiará a la empresa bancarizada, (o sea la pandemia es "una oportunidad" fortalecer la Banca y la mediana y gran empresa con deuda pública). Tales recursos no podrán usarse siquiera para cubrir salarios de los trabajadores de la propia empresa beneficiada, porque éstos, para mantener el vínculo con ella, deben cubrir sus salarios con su propio aporte al fondo de seguro de desempleo.
Cuando propietarios de una empresa que forman parte de la elite económica como LATAM se ponen en la primera fila para solicitar el apoyo del Estado queda al descubierto cómo los efectos del virus han erosionado los pilares mismos del neoliberalismo. No es "la mano invisible del mercado" sino el Estado quien posee poder y las herramientas para salir de ella, y los países que minimizando su rol redujeron su capacidad al ejercicio y la ejecución de acciones focalizadas de carácter subsidiario pagarán caro su error.
EDITORIAL (3)
27 ABRIL 2020
Cuando propietarios de una empresa que forman parte de la elite económica como LATAM se ponen en la primera fila para solicitar el apoyo del Estado queda al descubierto cómo los efectos del virus han erosionado los pilares mismos del neoliberalismo. No es "la mano invisible del mercado" sino el Estado quien posee poder y las herramientas para salir de ella, y los países que minimizando su rol redujeron su capacidad al ejercicio y la ejecución de acciones focalizadas de carácter subsidiario pagarán caro su error.
Las estrategias adoptadas por los diferentes gobiernos para enfrentar la pandemia demuestran al mismo tiempo los diferentes contextos que dan fundamentos ideológicos a su acción. En un lado tenemos países que asumen que es deber del Estado contener la pandemia, y los ciudadanos aceptan el despliegue de métodos de control individual a cambio de la certeza de que si se enferman la salud pública y en general el Estado se hará cargo de ellos. En el otro extremo tenemos naciones que desde una perspectiva neoliberal han asumido la lógica de aceptar el contagio de amplios sectores sociales y centrar las esperanzas en la producción de inmunidad colectiva. Asumen así la muerte de personas vulnerables al coronavirus, como si se tratase de una estrategia de “darwinismo social” o sea la noción de sobrevivencia de ‘los mejores”
Con ello se ha demostrado que el pensamiento neoliberal ha quedado desprovisto de ideas para enfrentar la crisis. Es más el modelo neoliberal en sí mismo no ofrece ninguna posibilidad de salir "bien parado" de la crisis y por lo tanto las soluciones posibles hay que buscarla fuera de él.
En el plano internacional analistas de diferentes posturas políticas han concluido que "el coronavirus provocará el fin de la globalización tal y como hasta ahora la conocemos", o sea una versión moderna de colonialismo. La relación "centro periferia" se verá resquebrajada, los "centros" que salgan mejor parados de la crisis "invadirán" territorios de influencia de los que salgan debilitados o pierdan capacidad de reacción, aprovechando que la asintonía y desconcierto primará sobre la sincronía y el orden. Para ejemplificar aquello podemos mencionar la disputa por los precios del petróleo librada por Rusia, Irán y Arabia Saudí, la piratería por los ventiladores encabezada por Estados Unidos, y la lenta pero sostenida irrupción de la influencia de China en Latinoamérica.
Ha pasado bastante agua bajo el puente desde que el desplome de los socialismos reales y el término de la guerra fría mutó un orden económico mundial de bipolar a unipolar y hoy se perfila más bien un modelo multipolar. En ese contexto, con la débil capacidad de respuesta y eficacia en la acción frente a la pandemia, las democracias liberales occidentales han quedado mal paradas, perdiendo legitimidad entre sus pares y ciudadanos, frente a la contundente acción y relato ganador expresado en la disciplina colectiva y cohesión estatal de los regímenes orientales.
De lo expresado en los párrafos precedentes ¿se puede inferir que el coronavirus derrotó al neoliberalismo? Lo que la historia ha demostrado es que las crisis por sí solas no matan los sistemas económicos o políticos, más bien éstos recomponen sus parámetros y se recrean, es lo que acontece si no actúan conglomerados sociales con liderazgos políticos que provoquen su destrucción.
El neoliberalismo sólo puede ser derrotado en Chile, cuando el control hegemónico de una parte significativa del Estado sea asumida por un MOVIMIENTO POPULAR, configurado por las fuerzas sociales que provocaron el estallido social lideradas por una vanguardia política dispuesta a hacer las transformaciones que viabilicen las demandas sociales y las hagan irreversibles en el tiempo.
El requisito para que ello se produzca es que se configure una mayoría social, electoral y política convencida y dispuesta a provocar tales cambios. La principal disputa que deberá enfrentar la izquierda durante los próximos meses será la disputa por la hegemonía. Un primer round de lo que se viene se libró ya en la elección de la Mesa de la Cámara de Diputados, pero la hora de la verdad serán los acuerdos que se logren en las elecciones unipersonales de alcaldes y gobernadores que se avecinan.
ARTÍCULOS Y DOCUMENTOS CITADOS Y CONSULTADOS
El Coronavirus y la globalización El coronavirus y la globalización | OBS Business School
AULAS HOSPITALARIAS
CASA QUINTIL
EDITORIAL (27 ABRIL 2020)
Cuando propietarios de una empresa que forman parte de la élite
económica como LATAM se ponen en la primera fila para solicitar el apoyo del
Estado queda al descubierto cómo los efectos del virus han erosionado los
pilares mismos del neoliberalismo. No es "la mano invisible del
mercado" sino el Estado quien posee el poder y las
herramientas para salir de ella, y los países que minimizando su rol redujeron
su capacidad al ejercicio y la ejecución de acciones focalizadas de
carácter subsidiario pagarán caro su error.
Las estrategias adoptadas por los diferentes Gobiernos para enfrentar la
pandemia demuestran al mismo tiempo los diferentes contextos que dan
fundamentos ideológicos a su acción. En un lado tenemos países que asumen que
es deber del Estado contener la pandemia, y los ciudadanos aceptan el
despliegue de métodos de control individual a cambio de la certeza de que si se
enferman la salud pública y en general el Estado se hará cargo de ellos. En el
otro extremo tenemos naciones que desde una perspectiva neoliberal han asumido
la lógica de aceptar el contagio de amplios sectores sociales y centrar las
esperanzas en la producción de inmunidad colectiva. Asumen así la muerte de
personas vulnerables al coronavirus, como si se tratase de una estrategia de
“darwinismo social” o sea la noción de sobrevivencia de ‘los mejores”
Con ello se ha demostrado que el pensamiento
neoliberal ha quedado desprovisto de ideas para enfrentar la crisis. Es más el
modelo neoliberal en sí mismo no ofrece ninguna posibilidad de salir "bien
parado" de la crisis y por lo tanto las soluciones posibles hay que
buscarla fuera de él.
En el plano internacional analistas de
diferentes posturas políticas han concluido que "el coronavirus provocará
el fin de la globalización tal y como hasta ahora la conocemos", o
sea una versión moderna de colonialismo. La relación "centro
periferia" se verá resquebrajada, los "centros" que salgan mejor
parados de la crisis "invadirán" territorios de influencia de los que
salgan debilitados o pierdan capacidad de reacción, aprovechando que la
asintonía y desconcierto primará sobre la sincronía y el orden. Para
ejemplificar aquello podemos mencionar la disputa por los precios del petróleo
librada por Rusia, Irán y Arabia Saudí, la piratería por los ventiladores
encabezada por Estados Unidos, y la lenta pero sostenida irrupción de la
influencia de China en Latinoamérica.
Ha pasado bastante agua bajo el puente desde
que el desplome de los socialismos reales y el término de la guerra
fría mutó un orden económico mundial de bipolar a unipolar y hoy se perfila más
bien un modelo multipolar. En ese contexto, con la débil
capacidad de respuesta y eficacia en la acción frente a la pandemia, las
democracias liberales occidentales han quedado mal paradas, perdiendo
legitimidad entre sus pares y ciudadanos, frente a la contundente acción y
relato ganador expresado en la disciplina colectiva y cohesión estatal de
los regímenes orientales.
De lo expresado en los párrafos precedentes
¿se puede inferir que el coronavirus derrotó al neoliberalismo? Lo que la
historia ha demostrado es que las crisis por sí solas no matan los sistemas
económicos o políticos, más bien éstos recomponen sus parámetros y se recrean,
es lo que acontece si no actúan conglomerados sociales con liderazgos políticos
que provoquen su destrucción.
El neoliberalismo sólo puede ser derrotado en
Chile, cuando el control hegemónico de una parte significativa del Estado sea
asumida por un MOVIMIENTO POPULAR, configurado por las fuerzas sociales que
provocaron el estallido social lideradas por una vanguardia política dispuesta
a hacer las transformaciones que viabilicen las respuestas a las demandas
sociales y las hagan irreversibles en el tiempo.
El requisito para
que ello se produzca es que se configure una mayoría social, electoral y
política convencida y dispuesta a provocar tales cambios. La principal disputa
que deberá enfrentar la izquierda durante los próximos meses será la disputa
por la hegemonía. Un primer round de lo que se viene se libró ya en la
elección de la Mesa de la Cámara de Diputados, pero la hora de la verdad serán
los acuerdos que se logren en las elecciones unipersonales de alcaldes y
gobernadores que se avecinan.
CASA QUINTIL
INFORME DE COYUNTURA POLÍTICA
27 ABRIL 2020
Haciendo oídos sordos al enérgico llamado de
la Sociedad Chilena de Epidemiología y otras sociedades científicas, el
Gobierno confirmó la decisión de incorporar al trabajo presencial a los
funcionarios de la administración pública. La decisión fue aplaudida por los
gremios empresariales, considerando la decisión como una señal a imitar en la
empresa privada, incluso antes de hacerse efectiva, algunos malls y
centros comerciales adelantaron su ejecución
Frente a ello técnicos vinculados a la
oposición alertan (tímidamente) que el relajo de las medidas restrictivas
pueden provocar un aumento explosivo de contagios que escape al control
de la autoridad sanitaria, cuyos funcionarios han denunciado
reiteradamente estar desprovistos de equipos, escasos de personal y recursos de
protección; y a una autoridad económica que agotó tempranamente su capacidad de
actuar canalizando los recursos obtenidos vía deuda publica tempranamente a la
recuperación y salvataje de la Banca, la mediana y la gran empresa.
Maniatadas y
adormecidas por el exacerbado control social asociado a la pandemia las
organizaciones sociales empiezan a "mostrar sus dientes", la CUT se
incorpora al debate parlamentario haciendo alianza con la representación de la
izquierda dura para frenar la aprobación de las disposiciones contenidas en la
agenda legislativa de salvataje a la empresa privada que profundiza la
hegemonía neoliberal deteriorando aún más la calidad de vida de los
trabajadores, cuando se pretende hacer recaer sobre ellos el pago de los costos
de la crisis.
La ANEF salió rápidamente a levantar la voz en defensa la salud de los
trabajadores del sector público, exigiendo los resguardos y condiciones
requeridas en los centros de trabajo cuando les corresponda retomar el trabajo
presencial. También el Colegio de Profesores reaccionó cuando se anuncia la
incorporación paulatina de los colegios a la "nueva normalidad"
enfatizando que en las actuales condiciones la vuelta a clases presenciales
sería un desatino. El efecto de ello fue la introducción de cambios sustantivos
al plan original partiendo por su nombre "retorno seguro".
Organizaciones sociales vinculadas al movimiento feminista han denunciado
como el encierro ha generado condiciones para que violencia intrafamiliar
cobre mayor presencia, ante lo cual el Gobierno ha debido reaccionar reforzando
y haciendo más amigables los instrumentos de denuncia. Sin embargo su
contribución al trabajo doméstico sigue sin ser reconocida socialmente, aún hoy
cuando el encierro y el tele trabajo lo han multiplicado.
También las mujeres han estado en la primera línea de la denuncia de las
deficientes condiciones de trabajo existentes en la salud pública y
municipalizada, y la exigencia que disminuya el riesgo que deben asumir
los trabajadores y las trabajadoras de un área laboral donde el personal
femenino bordea el 70 por ciento, partiendo por la oportuna provisión de
recursos de protección
En las redes sociales se destaca el desenvolvimiento de dos hechos que rayan en
el escándalo e involucran a conspicuos miembros de la élite política.
Por un lado, la denuncia de "prevaricación" (que Carmen Hertz elevó a la
categoría de cohecho) hecha por la actual presidenta del Tribunal
Constitucional a su antecesora. Y por el otro, la acusación de la familia Morel
al Servicio de Impuestos Internos por la no devolución de 431 millones de pesos
que reclaman para sus "empresas zombis" generados como producto de
operaciones de elusión.
hola leí con detención el documento que me mandaste,
comentarios:
1.- plantea algunas ideas sugerentes en la parte teórica, la última parte está referida a Alemania (de hace unos 8 años atrás?). Si queremos utilizarlo como referente para aterrizar las ideas allí sugeridas a Chile, sería bueno tener acceso al documento completo que daría más antecedentes sobre el contexto. También los autores e institución a la cual pertenecen para contactarnos con ellos y tener interlocutores porque en Chile no me parece que los haya.
2.- sobre la última parte la referencia a Alemania tiene una dificultad para utilizarla (como referente) en el análisis a Chile. Una de las características del capitalismo moderno, es que la relación centro periferia del imperio es reproducida en microespacios, uno de los cuales es Europa y en él Alemania es centro en tanto que otros como Grecia o España son periferia. Justamente hoy cuando la Unión Económica Europea se reúne para definir cómo enfrentar la recuperación de los efectos de la pandemia, España sugiere una relación de cooperación mientras Alemania sugiere una relación bancarizada, lógico Alemania será prestamista y España acreedora.
3.- Finalmente creo que el centro de la discusión al interior de cada país está en la estrategia de alianzas. Al respecto te envío un link de un artículo periodístico escrito en medio de la pandemia en España donde se hacen referencias al respecto contextualizadas en el mundo pos pandémico, que es otro punto de partida para llegar donde nos interesa. Si hacemos el ejercicio sería bueno a la hora de aterrizar la teoría buscar realidades más similares a Chile, incluso en Latinoamérica.