EDITORIAL
RADIO CASA QUINTIL VALPARAÌSO
4 DE AGOSTO 2025
LA DEMOCRACIA CRISTIANA SE SUBE A LA “JARANETA
"La eucaristía, como centro de la fe
cristiana, puede ser vista como un llamado a la justicia social y a la
transformación del mundo, mientras que la lucha de clases, un concepto
marxista, describe el conflicto entre diferentes grupos sociales con intereses
opuestos y es considerado como fundamento de la transformación social y motor
de la historia”. Visión creada con inteligencia
artificial.
La magia de la tecnolgía nos permite soslayar la borrachera ideológica, a la que nos llevaría la revisión de los
clásicos del marxismo y las encíclicas sociales, (tampoco corresponde hacerlo
tratándose de una nota editorial), para buscar las luces de lo que aquí nos
interesa: esclarecer la nebulosa madeja de relaciones tejidas entre el humanismo
cristiano y el humanismo marxista.
Hemos optado, por ello, rescatar algunos
episodios de la reciente historia política de Chile.
II
Lo que encontramos son luces y sombras, cuando hurgamos
en la reciente historia política de Chile la convergencia entre el partido
comunista y la democracia cristiana.
Luces asociadas al desarrollo del país y
fortalecimiento de la democracia y sombras asociadas a todo lo contrario.
El 11 de mayo de 1948 un joven diputado de “La
falange”, Radomiro Tomic pronuncia su emblemático discurso en el Congreso Nacional en
favor de la derogación de la Ley maldita. Quince años antes, tanto el partido comunista como la naciente Falange, habían apoyado a Pedro Aguirre Cerda, en una desinteresada acción política, ya que por
diferentes razones, no solicitan cargos de Gobierno en ambos casos
En la década siguiente, en tanto, se crea el partido democratacristiano.
Y el año 1964 Eduardo Frei Montalva asume como presidente de Chile.
En la madrugada del 19 de octubre de 1969, un
grupo de militares encabezados por Roberto Viaux se toma el Regimiento Tacna
reclamando un alza de sueldos para las bases y oficialidad, mejoramiento de la infraestructura y
equipamiento para desarrollar sus funciones.
El presidente Eduardo Frei declara el estado de
sitio y comiciona a los ministros de Defensa y Salud a negociar el desalojo,
que se consigue en horas de la tarde. Después de lo cual los negociadores informan,
que contribuyó a ello una manifestación de más de 3 mil personas, convocada por
el partido comunista en la Avenida Bulnes que, desafiando el estado de sitio, se
desmarcaba del supuesto apoyo de algunas personalidades vinculadas a organizaciones políticas de la época, que,
según los alzados, también sintonizaban con la defensa de las condiciones sociales de los trabajadores.
A ello habría que agregar que el mismo Gobierno
recibió el generoso apoyo de los congresistas comunistas de la época, a la
aprobación de las leyes emblemáticas que sí favorecieron al pueblo y
engrandecieron a Chile, como la reforma agraria, la ley de sindicalización
campesina, la ley de juntas de vecinos la promoción popular y la chilenización
del cobre, algunas de las cuales fueron posteriormente profundizadas por el
gobierno que le sucedió.
El 24 de octubre de 1970 con el generoso
concurso de los parlamentarios de la democracia cristiana, el Congreso Pleno ratificó
el triunfo de Salvador Allende en las elecciones presidenciales, que, con un
33 % de los votos requería ser habilitado constitucionalmente para asumir el Gobierno de
Chile.
El 22 de agosto de 1973 La Cámara de Diputados presidida por Luis Pareto
(con el apoyo de la democracia Cristiana presidida por Patricio Aylwin) decreta
un acuerdo donde declara inconstitucional el Gobierno presidido por S. Allende,
haciendo un llamado a las fuerzas armadas a defender la Constitución. A pocos días
de acontecido el Golpe de Estado, circula clandestinamente una declaración
repudiando lo sucedido y fijando una posición contraria al golpe, firmada por 13
dirigentes democratacristianos liderados por Renán Fuentealba y Belisario
Velazco.
Podríamos seguir el hilo de la historia
persiguiendo el tema que nos ocupa, en períodos más recientes que nosotros
mismos experimentamos vivencialmente.
Tal vez en otra oportunidad lo hagamos.
Baste por ahora descatar dos grandes líderes sociales democratacristianos que, en este período se desempeñaron en el ámbito de la sociedad
civil, actuando de la mano con sus pares del partido comunista:
Manuel Bustos, que, por su heroica lucha en
defensa del movimiento obrero y la organización sindical del campesinado en
dictadura, tiene bien ganado un lugar en la cima del liderazgo del movimiento
obrero chileno junto a Clotario Blest y Luis Emilio Recabarren.
Y Rodolfo Seguel, que como presidente de la
Confederación del Cobre, en mayo de 1983, con importante presencia de
dirigentes comunistas en las federaciones y sindicatos ramales del cobre de ese
año, convoca a la primera protesta nacional, expresión social movimientista que en los años siguientes se replicó en cinco oportunidades, configurándose en el hecho político de masas de mayor trascendencia que finalmente desencadena el desenlace democrático.
La misma persona que durante la presente semana, al ser consultado, en una entrevista, por las razones que tubo para “subirse a la “jaraneta”, dice que lo hace, entre otros motivos, en retribución a la desinteresada decisión que tomó el partido comunista, cuando, sin pertenecer a su coalición política apoya a Patricio Aylwin, en su postulación a la presidencia de la república y posteriormente a Lagos y Bachelet 1 en segunda vuelta, evitando con ello sendas derrotas de la Concertación de Partidos por la Democracia.
De nuestra parte podríamos agregar el proyecto político de gobierno de la Nueva Mayoría pero eso amerita otro capítulo.
III
Más allá de las fuentes ideológicas y de
las pinceladas históricas
rescatadas, la decisión de la democracia cristiana de comprometer su futuro con la coalición Unidad para Chile (inédita por su tamaño, trasversalidad, y el rol que le
corresponde jugar en ella al partido comunista), puede constituirse en el más
potente pilar del sistema político que cobrará presencia en la próxima década.
Desarrollaremos esta idea el próximo 18 de
agosto cuando el hecho político que hoy comentamos deje de ser una noticia en
desarrollo.
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